CEU CLAUDIO COELLO – Historia de España (2º Bachillerato)
HISTORIA DE ESPAÑA – “CUESTIONES”
Bloques 1 a 4 del programa
1. La Península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la
monarquía visigoda
1.1. Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre
Durante el Paleolítico (hasta el 10.000 a.C.) tuvo lugar la aparición del Homo Sapiens en
África, especie que se extendió por la Península Ibérica a finales de este periodo. La base
económica del Paleolítico era la caza, la pesca y la recolección, tratándose de sociedades
nómadas, con periódicos desplazamientos una vez agotados los recursos del territorio
habitado. Las culturas paleolíticas peninsulares desarrollaron útiles de piedra, dominaron el
fuego y practicaron ritos funerarios.
El Neolítico (10.000-3000 a.C.) se inicia con la revolución que supone la aparición de la
agricultura y la ganadería, cuando el ser humano aprendió a cultivar y a domesticar animales.
Ello significó la aparición de sociedades sedentarias en asentamientos estables y el paso de
sociedades depredadoras a otras productivas, propiciándose la división del trabajo y una
organización social más compleja, con las primeras diferencias sociales. Igualmente, en el
Neolítico surgieron los objetos cerámicos y la confección de tejidos.
Desde finales del Paleolítico aparecen las primeras manifestaciones artísticas. Se trata
tanto del arte mobiliar, pequeñas tallas en piedra, como también de las pinturas rupestres,
realizadas en el interior de las cuevas durante el Paleolítico (Cueva de Altamira, Cantabria) así
como posteriormente en los abrigos rocosos, en el exterior, durante el Neolítico (Valltorta,
Castellón, o El Cogul, Lleida).
1.2. Pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartesos
Los pueblos prerromanos habitaron la Península durante el I milenio a.C. Se trata de
Tartesos, cultura situada en el suroeste peninsular, con grandes recursos mineros y destacado
comercio en el Mediterráneo. Desaparecieron enigmáticamente a mediados del milenio. Los
íberos, descendientes de los habitantes peninsulares prehistóricos, se asentaron en el tercio
este peninsular; de economía agropecuaria y minera, tuvieron una notable actividad comercial
con griegos y fenicios. La cultura íbera desarrolló significadas manifestaciones artísticas:
cerámica pintada, orfebrería y escultura en piedra, cuyo mejor ejemplo es la Dama de Elche.
Los celtas, procedentes de centroeuropa, se fueron asentando desde el noroeste peninsular
hacia el interior en la primera mitad del milenio. De organización social y política más
rudimentaria y menor actividad comercial, destacaron en la metalurgia del hierro. En las zonas
de confluencia entre los íberos y los celtas surgió el pueblo celtíbero1.
1
Junto a estos pueblos también se encuentran los llamados Pueblos del Norte: galaicos, astures, cántabros o
vascones, asentados en el norte de la Península, desde Galicia al Pirineo aragonés. De menor desarrollo socio-
económico, su economía se basaba en la ganadería, la recolección y la pesca.
1
, CEU CLAUDIO COELLO – Historia de España (2º Bachillerato)
Las colonizaciones históricas responden al propósito de diferentes pueblos mediterráneos
de comerciar con los metales existentes en la Península (cobre, oro o plata). Se asentaron en
factorías costeras, igualmente en el I milenio a.C.2. Se trata de los fenicios, procedentes de
Próximo Oriente desde comienzo del milenio, con colonias en la costa andaluza (Cádiz,
Almuñécar o Málaga). Los fenicios fueron sucedidos por los cartagineses desde mediados del
milenio procedentes de la colonia fenicia de Cartago, en el norte de África, con iniciales
asentamientos en Baleares y la costa sureste, destacando Cartago Nova (Cartagena), y una
posterior presencia en el interior peninsular, con vocación de ocupación territorial. Los griegos
llegaron hacia el s.VI a.C., fijando sus factorías en el litoral mediterráneo (Ampurias o Rosas).
1.3. Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en
los ámbitos social, económico y cultural
La conquista romana de la Península Ibérica tuvo lugar entre el 218 y el 19 a.C. en tres
fases principales: 1) Durante la segunda guerra Púnica entre Roma y Cartago (218-201 a.C.), los
romanos ocupan la franja mediterránea y los valles del Ebro y Guadalquivir3. 2) Guerras
celtíbero-lusitanas (155-133 a.C.), frente a los pueblos del centro y el oeste peninsular,
destacando dos focos de resistencia frente a Roma: el enclave celta de Numancia y el del líder
lusitano Viriato. 3) Guerras cántabro-astures (29-19 a.C.), cuando el emperador Augusto
concluye la conquista al dominar el norte peninsular.
El dominio romano perduró hasta el s.V, cuando llegaron a la Península los pueblos
germánicos, siendo Hispania uno de los territorios con mayor grado de romanización del
Imperio romano, si bien la romanización fue desigual en la Península, con mayor evidencia en
el sur y el este4. Las bases de la romanización fueron el latín como lengua común, la religión
cristiana, la extensa red de calzadas, el derecho romano o la división territorial, aspectos que
persisten en la cultura y organización social de la España actual. Muestras de legado romano en
España son sus construcciones (Teatro de Mérida, Anfiteatro de Tarragona) y obras de
ingeniería (Acueducto de Segovia, Puente de Alcántara).
1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios
El dominio romano perduró hasta principios del s.V, cuando llegaron a la Península
diferentes pueblos germánicos: vándalos, suevos y alanos. Para expulsarlos, Roma acordó con
otro pueblo germánico, los visigodos, asentados entonces al sur de la Galia, la devolución de
Hispania al control romano5. Sin embargo, aprovechándose de la debilidad romana, los
visigodos se asentaron en la Península durante el s.V creando el Reino visigodo de Toledo. El
definitivo control peninsular visigodo tuvo lugar con el rey Leovigildo (569-586), quien sometió
2
Las factorías son establecimientos fundados para el intercambio comercial, sin voluntad de conquista o
permanente ocupación.
3
Publio Cornelio Escipión desembarcó en la Península derrotando a los generales cartagineses Asdrúbal Barca y
Magón Barca mientras su hermano Aníbal se encontraba en Italia con un ejército de 60.000 hombres y 38
elefantes. Escipión ocupó Cartagena en 209 a.C. y Cartago en 203 a.C., significando el definitivo dominio romano
del Mediterráneo occidental.
4
Hispania es el término utilizado por los romanos para referirse a la Península (frente al de Iberia utilizado por
los griegos).
5
Todos estos pueblos germanos (o bárbaros) se encontraban al norte del territorio romano, irrumpiendo en sus
fronteras como consecuencia de la presión de los hunos procedentes del este desde finales del s.IV.
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HISTORIA DE ESPAÑA – “CUESTIONES”
Bloques 1 a 4 del programa
1. La Península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la
monarquía visigoda
1.1. Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre
Durante el Paleolítico (hasta el 10.000 a.C.) tuvo lugar la aparición del Homo Sapiens en
África, especie que se extendió por la Península Ibérica a finales de este periodo. La base
económica del Paleolítico era la caza, la pesca y la recolección, tratándose de sociedades
nómadas, con periódicos desplazamientos una vez agotados los recursos del territorio
habitado. Las culturas paleolíticas peninsulares desarrollaron útiles de piedra, dominaron el
fuego y practicaron ritos funerarios.
El Neolítico (10.000-3000 a.C.) se inicia con la revolución que supone la aparición de la
agricultura y la ganadería, cuando el ser humano aprendió a cultivar y a domesticar animales.
Ello significó la aparición de sociedades sedentarias en asentamientos estables y el paso de
sociedades depredadoras a otras productivas, propiciándose la división del trabajo y una
organización social más compleja, con las primeras diferencias sociales. Igualmente, en el
Neolítico surgieron los objetos cerámicos y la confección de tejidos.
Desde finales del Paleolítico aparecen las primeras manifestaciones artísticas. Se trata
tanto del arte mobiliar, pequeñas tallas en piedra, como también de las pinturas rupestres,
realizadas en el interior de las cuevas durante el Paleolítico (Cueva de Altamira, Cantabria) así
como posteriormente en los abrigos rocosos, en el exterior, durante el Neolítico (Valltorta,
Castellón, o El Cogul, Lleida).
1.2. Pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartesos
Los pueblos prerromanos habitaron la Península durante el I milenio a.C. Se trata de
Tartesos, cultura situada en el suroeste peninsular, con grandes recursos mineros y destacado
comercio en el Mediterráneo. Desaparecieron enigmáticamente a mediados del milenio. Los
íberos, descendientes de los habitantes peninsulares prehistóricos, se asentaron en el tercio
este peninsular; de economía agropecuaria y minera, tuvieron una notable actividad comercial
con griegos y fenicios. La cultura íbera desarrolló significadas manifestaciones artísticas:
cerámica pintada, orfebrería y escultura en piedra, cuyo mejor ejemplo es la Dama de Elche.
Los celtas, procedentes de centroeuropa, se fueron asentando desde el noroeste peninsular
hacia el interior en la primera mitad del milenio. De organización social y política más
rudimentaria y menor actividad comercial, destacaron en la metalurgia del hierro. En las zonas
de confluencia entre los íberos y los celtas surgió el pueblo celtíbero1.
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Junto a estos pueblos también se encuentran los llamados Pueblos del Norte: galaicos, astures, cántabros o
vascones, asentados en el norte de la Península, desde Galicia al Pirineo aragonés. De menor desarrollo socio-
económico, su economía se basaba en la ganadería, la recolección y la pesca.
1
, CEU CLAUDIO COELLO – Historia de España (2º Bachillerato)
Las colonizaciones históricas responden al propósito de diferentes pueblos mediterráneos
de comerciar con los metales existentes en la Península (cobre, oro o plata). Se asentaron en
factorías costeras, igualmente en el I milenio a.C.2. Se trata de los fenicios, procedentes de
Próximo Oriente desde comienzo del milenio, con colonias en la costa andaluza (Cádiz,
Almuñécar o Málaga). Los fenicios fueron sucedidos por los cartagineses desde mediados del
milenio procedentes de la colonia fenicia de Cartago, en el norte de África, con iniciales
asentamientos en Baleares y la costa sureste, destacando Cartago Nova (Cartagena), y una
posterior presencia en el interior peninsular, con vocación de ocupación territorial. Los griegos
llegaron hacia el s.VI a.C., fijando sus factorías en el litoral mediterráneo (Ampurias o Rosas).
1.3. Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en
los ámbitos social, económico y cultural
La conquista romana de la Península Ibérica tuvo lugar entre el 218 y el 19 a.C. en tres
fases principales: 1) Durante la segunda guerra Púnica entre Roma y Cartago (218-201 a.C.), los
romanos ocupan la franja mediterránea y los valles del Ebro y Guadalquivir3. 2) Guerras
celtíbero-lusitanas (155-133 a.C.), frente a los pueblos del centro y el oeste peninsular,
destacando dos focos de resistencia frente a Roma: el enclave celta de Numancia y el del líder
lusitano Viriato. 3) Guerras cántabro-astures (29-19 a.C.), cuando el emperador Augusto
concluye la conquista al dominar el norte peninsular.
El dominio romano perduró hasta el s.V, cuando llegaron a la Península los pueblos
germánicos, siendo Hispania uno de los territorios con mayor grado de romanización del
Imperio romano, si bien la romanización fue desigual en la Península, con mayor evidencia en
el sur y el este4. Las bases de la romanización fueron el latín como lengua común, la religión
cristiana, la extensa red de calzadas, el derecho romano o la división territorial, aspectos que
persisten en la cultura y organización social de la España actual. Muestras de legado romano en
España son sus construcciones (Teatro de Mérida, Anfiteatro de Tarragona) y obras de
ingeniería (Acueducto de Segovia, Puente de Alcántara).
1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios
El dominio romano perduró hasta principios del s.V, cuando llegaron a la Península
diferentes pueblos germánicos: vándalos, suevos y alanos. Para expulsarlos, Roma acordó con
otro pueblo germánico, los visigodos, asentados entonces al sur de la Galia, la devolución de
Hispania al control romano5. Sin embargo, aprovechándose de la debilidad romana, los
visigodos se asentaron en la Península durante el s.V creando el Reino visigodo de Toledo. El
definitivo control peninsular visigodo tuvo lugar con el rey Leovigildo (569-586), quien sometió
2
Las factorías son establecimientos fundados para el intercambio comercial, sin voluntad de conquista o
permanente ocupación.
3
Publio Cornelio Escipión desembarcó en la Península derrotando a los generales cartagineses Asdrúbal Barca y
Magón Barca mientras su hermano Aníbal se encontraba en Italia con un ejército de 60.000 hombres y 38
elefantes. Escipión ocupó Cartagena en 209 a.C. y Cartago en 203 a.C., significando el definitivo dominio romano
del Mediterráneo occidental.
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Hispania es el término utilizado por los romanos para referirse a la Península (frente al de Iberia utilizado por
los griegos).
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Todos estos pueblos germanos (o bárbaros) se encontraban al norte del territorio romano, irrumpiendo en sus
fronteras como consecuencia de la presión de los hunos procedentes del este desde finales del s.IV.
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