CONOCIMIENTO Y REALIDAD según AGUSTIN
1. El conocimiento
Para San Agustín, fe y razón no se oponen, sino que se complementan. Su modelo se
resume en dos principios:
• “Creo para comprender” (Credo ut intelligam): La fe es el punto de partida
para alcanzar el entendimiento. Primero creemos en las verdades reveladas, lo que nos
lleva al conocimiento.
• “Comprendo para creer” (Intelligo ut credam): A medida que razonamos y
comprendemos, nuestra fe se refuerza y se profundiza.
En Del libre albedrío, Evodio ejemplifica este modelo al creer inicialmente en Dios por
autoridad, pero buscar comprenderlo mediante la razón.
1.2 La teoría agustiniana del conocimiento
San Agustín hereda el platonismo, pero lo cristianiza:
• El camino de la interiorización: Contra el escepticismo, Agustín afirma que el
ser humano encuentra la verdad al mirar dentro de sí mismo, pues allí habita una chispa de
la verdad divina (La Ciudad de Dios, XI, 26).
• La doctrina de la iluminación: El conocimiento de las verdades universales
(como los principios matemáticos o morales) no proviene de los sentidos, sino de la
iluminación divina. Dios ilumina nuestra mente, permitiéndonos conocer verdades eternas y
universales.
2. La realidad
2.1 La creación del mundo
San Agustín, siguiendo la tradición cristiana, explica que el mundo fue creado:
• De la nada (ex nihilo): Dios no utilizó materia preexistente; creó todo con
libertad y a partir de la nada.
• Mediante ideas ejemplares: El modelo del mundo (ideas ejemplares de las
cosas sensibles) reside en la mente de Dios. donde están las “razones seminales” que se
despliegan en el tiempo.
•. De manera instantánea, pero desarrollada en el tiempo. Las razones
seminales se desarrollan a lo largo del tiempo.
La creación del mundo es un acto libre de Dios y por tanto es contingente: No es necesaria,
sino fruto de la voluntad divina (diferencia clave con el neoplatonismo, donde el mundo
procede necesariamente del Uno).
1. El conocimiento
Para San Agustín, fe y razón no se oponen, sino que se complementan. Su modelo se
resume en dos principios:
• “Creo para comprender” (Credo ut intelligam): La fe es el punto de partida
para alcanzar el entendimiento. Primero creemos en las verdades reveladas, lo que nos
lleva al conocimiento.
• “Comprendo para creer” (Intelligo ut credam): A medida que razonamos y
comprendemos, nuestra fe se refuerza y se profundiza.
En Del libre albedrío, Evodio ejemplifica este modelo al creer inicialmente en Dios por
autoridad, pero buscar comprenderlo mediante la razón.
1.2 La teoría agustiniana del conocimiento
San Agustín hereda el platonismo, pero lo cristianiza:
• El camino de la interiorización: Contra el escepticismo, Agustín afirma que el
ser humano encuentra la verdad al mirar dentro de sí mismo, pues allí habita una chispa de
la verdad divina (La Ciudad de Dios, XI, 26).
• La doctrina de la iluminación: El conocimiento de las verdades universales
(como los principios matemáticos o morales) no proviene de los sentidos, sino de la
iluminación divina. Dios ilumina nuestra mente, permitiéndonos conocer verdades eternas y
universales.
2. La realidad
2.1 La creación del mundo
San Agustín, siguiendo la tradición cristiana, explica que el mundo fue creado:
• De la nada (ex nihilo): Dios no utilizó materia preexistente; creó todo con
libertad y a partir de la nada.
• Mediante ideas ejemplares: El modelo del mundo (ideas ejemplares de las
cosas sensibles) reside en la mente de Dios. donde están las “razones seminales” que se
despliegan en el tiempo.
•. De manera instantánea, pero desarrollada en el tiempo. Las razones
seminales se desarrollan a lo largo del tiempo.
La creación del mundo es un acto libre de Dios y por tanto es contingente: No es necesaria,
sino fruto de la voluntad divina (diferencia clave con el neoplatonismo, donde el mundo
procede necesariamente del Uno).