Pregunta PAU Bloque 5: Emancipación de las colonias hispanoamericanas
Desde finales del siglo XV, España consolidó su dominio sobre vastos territorios en
América Latina. No obstante, con la expansión de las ideas ilustradas, que
promovían principios fundamentales como la libertad, la igualdad y la soberanía
popular, y el ejemplo de la independencia de las Trece Colonias, comenzó a
gestarse un creciente anhelo de independencia en la población criolla. Este
sentimiento se vio intensificado por la invasión de España por las tropas
napoleónicas en 1808, que, junto con la imposición de José Bonaparte en el trono
español, desató una crisis política profunda en la metrópoli. El vacío de poder
generado y la consiguiente inestabilidad llevaron a las colonias a cuestionar su
lealtad a la corona y a formar juntas de gobierno autónomas, iniciando el proceso
de independencia.
Este proceso independentista, protagonizado por precursores de la libertad como
Simón Bolívar, San Martín y O´Higgins, duró desde 1808 hasta 1826 y supuso la
ruptura de las colonias con la metrópoli, así como la formación de nuevas
naciones. No obstante, las ultimas colonias se independizaron en 1898, con la
pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (en el Pacífico)
Durante el reinado de Carlos IV y la Guerra de Independencia Española, una serie
de causas internas y externas impulsaron la emancipación de las colonias
hispanoamericanas. Internamente, las reformas borbónicas, previas a 1808,
implementadas para centralizar el control sobre las colonias, colocaron a
peninsulares en los cargos administrativos y políticos, marginando a la burguesía
criolla, personas de origen peninsular que habían nacido en las colonias y
dominaban la economía y sociedad. Asimismo, la burguesía criolla se veía
perjudicada por las políticas comerciales restrictivas impuestas por la metrópoli,
que extraía los recursos naturales de las colonias sin permitirles comerciar con
otros países. Esta situación generó un gran descontento, ya que los criollos
deseaban controlar los puestos gubernamentales y comerciar con otras naciones
como el Reino Unido, alimentando los movimientos independentistas, debilitando
la autoridad de España y afectando las relaciones económicas.
Externamente, la independencia de las Trece Colonias americanas en 1776, al
difundir las ideas ilustradas, inspiró a la burguesía criolla a luchar por la libertad,
igualdad y fraternidad. Además, mostró a los criollos que era posible librarse del
dominio colonial, contribuyendo a la propagación de la idea de la emancipación y
debilitando el control español.
En 1808, la invasión napoleónica de España y la imposición de José I crearon un
vacío de poder, deslegitimando a las autoridades españolas y generando un
contexto propicio para la resistencia. En la Península, los patriotas formaron juntas
locales y supremas en defensa de la soberanía y la autonomía, buscando el retorno
de Fernando VII. Este modelo de juntas fue adoptado en América, donde los
criollos, al no sentirse representados por el monarca impuesto, tomaron el control
de sus territorios, lo que aumentó la autonomía de las juntas americanas y sentó
las bases de los movimientos independentistas.
Desde finales del siglo XV, España consolidó su dominio sobre vastos territorios en
América Latina. No obstante, con la expansión de las ideas ilustradas, que
promovían principios fundamentales como la libertad, la igualdad y la soberanía
popular, y el ejemplo de la independencia de las Trece Colonias, comenzó a
gestarse un creciente anhelo de independencia en la población criolla. Este
sentimiento se vio intensificado por la invasión de España por las tropas
napoleónicas en 1808, que, junto con la imposición de José Bonaparte en el trono
español, desató una crisis política profunda en la metrópoli. El vacío de poder
generado y la consiguiente inestabilidad llevaron a las colonias a cuestionar su
lealtad a la corona y a formar juntas de gobierno autónomas, iniciando el proceso
de independencia.
Este proceso independentista, protagonizado por precursores de la libertad como
Simón Bolívar, San Martín y O´Higgins, duró desde 1808 hasta 1826 y supuso la
ruptura de las colonias con la metrópoli, así como la formación de nuevas
naciones. No obstante, las ultimas colonias se independizaron en 1898, con la
pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (en el Pacífico)
Durante el reinado de Carlos IV y la Guerra de Independencia Española, una serie
de causas internas y externas impulsaron la emancipación de las colonias
hispanoamericanas. Internamente, las reformas borbónicas, previas a 1808,
implementadas para centralizar el control sobre las colonias, colocaron a
peninsulares en los cargos administrativos y políticos, marginando a la burguesía
criolla, personas de origen peninsular que habían nacido en las colonias y
dominaban la economía y sociedad. Asimismo, la burguesía criolla se veía
perjudicada por las políticas comerciales restrictivas impuestas por la metrópoli,
que extraía los recursos naturales de las colonias sin permitirles comerciar con
otros países. Esta situación generó un gran descontento, ya que los criollos
deseaban controlar los puestos gubernamentales y comerciar con otras naciones
como el Reino Unido, alimentando los movimientos independentistas, debilitando
la autoridad de España y afectando las relaciones económicas.
Externamente, la independencia de las Trece Colonias americanas en 1776, al
difundir las ideas ilustradas, inspiró a la burguesía criolla a luchar por la libertad,
igualdad y fraternidad. Además, mostró a los criollos que era posible librarse del
dominio colonial, contribuyendo a la propagación de la idea de la emancipación y
debilitando el control español.
En 1808, la invasión napoleónica de España y la imposición de José I crearon un
vacío de poder, deslegitimando a las autoridades españolas y generando un
contexto propicio para la resistencia. En la Península, los patriotas formaron juntas
locales y supremas en defensa de la soberanía y la autonomía, buscando el retorno
de Fernando VII. Este modelo de juntas fue adoptado en América, donde los
criollos, al no sentirse representados por el monarca impuesto, tomaron el control
de sus territorios, lo que aumentó la autonomía de las juntas americanas y sentó
las bases de los movimientos independentistas.