Bloque 6: Tema 6: El régimen de la Restauración (1874-1902)
6.1. El sistema canovista: la Constitución de 1876 y el turno de partidos. La
oposición al sistema.
El gran ideólogo de la Restauración es Cánovas del Castillo, quien trata de imitar el
sistema británico (alternancia pacífica de partidos). En el exilio crea el partido Alfonsino,
logrando que Isabel abdique en favor de su hijo, Alfonso, en 1870. El 1 de diciembre se
emite el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas pero firmado por Alfonso. La
idea era conseguir que vuelva la monarquía de manera pacífica, sin intervención militar
(alejar a los militares de la política). Sin embargo, el general Martínez – Campos se le
adelanta y, el 29 de diciembre de 1874 da un golpe de Estado y logra restaurar la
monarquía.
El sistema canovista tiene una serie de características. En primer lugar, la monarquía es
el pilar fundamental de este sistema, se ve como algo esencial, propio de España. De la
misma manera, el rey es visto como la piedra angular que une a toda la nación. Además,
presenta la idea del rey-soldado, convirtiendo a este en el jefe del ejército (se pretende
que los militares no intervengan en asuntos políticos, que vuelvan a los cuarteles). Así
mismo, surge el turnismo, como alternancia pacífica entre el poder de los partidos
políticos (sistema británico). Estos partidos eran el partido conservador, liderado por
Cánovas y el partido liberal (fusionista), liderado por Sagasta (1880). El resto de partidos
quedan fuera del sistema y se consideran ilegales. No obstante, este sistema se mantiene
a través del fraude y el falseamiento electoral.
El objetivo de Cánovas es alcanzar la estabilidad política. Tiene lugar el fin de la III
Guerra Carlista con el Manifiesto de Somorrostro (1876). Además, el conflicto en Cuba
sigue presente por lo que Cánovas manda a parte del ejército español para poner fin al
conflicto con la Paz de Zanjón (1878), donde les prometen una amplia amnistía y abolir
la esclavitud, aunque las incumplen y el conflicto vuelve a estallar en 1895.
Tras finalizar la III Guerra Carlista se convocan elecciones a cortes constituyentes y
realizan la Constitución de 1876 (muy práctica con tan solo 89 artículos).
Por otro lado, para la ejecución del turnismo, se lleva a cabo el fraude electoral. Entra en
función el ministro de gobernación, quien idea el resultado de las elecciones y los
transmite a las provincias a través de los gobernadores civiles y alcaldes. Así mismo, hay
un dominio de los caciques cobre la población rural (caciquismo), para conseguir la
manipulación electoral.
El primer gobierno está liderado por el partido conservador (1876 – 1881). Cánovas abole
los fueros vascos (uniformidad), se restringen varias libertades (censura, cierre de
cátedras) y emite una ley que restringe el sufragio al 5% de la población. En 1881, inicia
el gobierno de Sagasta (p. liberal), estableciéndose el turnismo. Sagasta termina con las
restricciones impuestas por Cánovas (aumenta las libertades) y establece una economía
libre cambista. Sin embargo, hacia 1884 comienza a haber un descontento popular hacia
el gobierno de Sagasta debido a que no implanta el sufragio universal (intento de
sublevación republicana). Por ello, sube Cánovas al gobierno (1184 – 1885).
No obstante, en 1885 Alfonso XII fallece. Tras su muerte se firma el Pacto del Prado
(1886), entre Cánovas y Sagasta, con el objetivo de mostrar su apoyo a la regencia y al
futuro rey (María Cristina embarazada). Además, se acuerda un respeto por la actividad
legislativa del gobierno anterior, facilitando el relevo pacífico en el gobierno cuando se
perdiera prestigio y el apoyo en la opinión pública.
Tras el pacto, Sagasta vuelve al gobierno (1895 – 1890) y durante este periodo se firman
leyes fundamentales, como la Ley de Libertad de Asociaciones (1887), lo que legaliza la
6.1. El sistema canovista: la Constitución de 1876 y el turno de partidos. La
oposición al sistema.
El gran ideólogo de la Restauración es Cánovas del Castillo, quien trata de imitar el
sistema británico (alternancia pacífica de partidos). En el exilio crea el partido Alfonsino,
logrando que Isabel abdique en favor de su hijo, Alfonso, en 1870. El 1 de diciembre se
emite el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas pero firmado por Alfonso. La
idea era conseguir que vuelva la monarquía de manera pacífica, sin intervención militar
(alejar a los militares de la política). Sin embargo, el general Martínez – Campos se le
adelanta y, el 29 de diciembre de 1874 da un golpe de Estado y logra restaurar la
monarquía.
El sistema canovista tiene una serie de características. En primer lugar, la monarquía es
el pilar fundamental de este sistema, se ve como algo esencial, propio de España. De la
misma manera, el rey es visto como la piedra angular que une a toda la nación. Además,
presenta la idea del rey-soldado, convirtiendo a este en el jefe del ejército (se pretende
que los militares no intervengan en asuntos políticos, que vuelvan a los cuarteles). Así
mismo, surge el turnismo, como alternancia pacífica entre el poder de los partidos
políticos (sistema británico). Estos partidos eran el partido conservador, liderado por
Cánovas y el partido liberal (fusionista), liderado por Sagasta (1880). El resto de partidos
quedan fuera del sistema y se consideran ilegales. No obstante, este sistema se mantiene
a través del fraude y el falseamiento electoral.
El objetivo de Cánovas es alcanzar la estabilidad política. Tiene lugar el fin de la III
Guerra Carlista con el Manifiesto de Somorrostro (1876). Además, el conflicto en Cuba
sigue presente por lo que Cánovas manda a parte del ejército español para poner fin al
conflicto con la Paz de Zanjón (1878), donde les prometen una amplia amnistía y abolir
la esclavitud, aunque las incumplen y el conflicto vuelve a estallar en 1895.
Tras finalizar la III Guerra Carlista se convocan elecciones a cortes constituyentes y
realizan la Constitución de 1876 (muy práctica con tan solo 89 artículos).
Por otro lado, para la ejecución del turnismo, se lleva a cabo el fraude electoral. Entra en
función el ministro de gobernación, quien idea el resultado de las elecciones y los
transmite a las provincias a través de los gobernadores civiles y alcaldes. Así mismo, hay
un dominio de los caciques cobre la población rural (caciquismo), para conseguir la
manipulación electoral.
El primer gobierno está liderado por el partido conservador (1876 – 1881). Cánovas abole
los fueros vascos (uniformidad), se restringen varias libertades (censura, cierre de
cátedras) y emite una ley que restringe el sufragio al 5% de la población. En 1881, inicia
el gobierno de Sagasta (p. liberal), estableciéndose el turnismo. Sagasta termina con las
restricciones impuestas por Cánovas (aumenta las libertades) y establece una economía
libre cambista. Sin embargo, hacia 1884 comienza a haber un descontento popular hacia
el gobierno de Sagasta debido a que no implanta el sufragio universal (intento de
sublevación republicana). Por ello, sube Cánovas al gobierno (1184 – 1885).
No obstante, en 1885 Alfonso XII fallece. Tras su muerte se firma el Pacto del Prado
(1886), entre Cánovas y Sagasta, con el objetivo de mostrar su apoyo a la regencia y al
futuro rey (María Cristina embarazada). Además, se acuerda un respeto por la actividad
legislativa del gobierno anterior, facilitando el relevo pacífico en el gobierno cuando se
perdiera prestigio y el apoyo en la opinión pública.
Tras el pacto, Sagasta vuelve al gobierno (1895 – 1890) y durante este periodo se firman
leyes fundamentales, como la Ley de Libertad de Asociaciones (1887), lo que legaliza la