EL TEATRO DE 1939 A 1975. BUERO VALLEJO
La Guerra Civil (1936-39) constituye una catástrofe a todos los niveles. A nivel
literario, el esplendor de la Edad de Plata desembocará en el exilio, la muerte, la
persecución y la censura política y religiosa. Al terminar la guerra el teatro quedó
huérfano por la muerte o exilio de los autores más destacados.
EL TEATRO DE LOS 40
Estuvo marcado por la censura: se representaban obras poco polémicas como
los sainetes costumbristas, zarzuelas, y el teatro musical de variedades.
Además, se llevan a escena las llamadas “comedias de tesis” de autores afines
al nuevo régimen, y que reflejan sus valores: “fe, familia y patria”. Las dos
tendencias que triunfaron fueron:
La comedia burguesa o de salon
Representada por Jacinto Benavente y continuada por sus imitadores. Se
desarrolla en interiores y tiene final feliz.
Teatro de humor absurdo
Surge un nuevo tipo durante la República que sorteó la censura y tuvo
continuidad durante la dictadura.
Tema. Con humor vanguardista, pone en escena lo que tiene de absurdo,
inverosímil e hipócrita la sociedad burguesa.
Técnica. El elemento más innovador es el uso de un lenguaje ingenioso,
moderno y poco convencional.
Autor. Enrique Jardiel Poncela pone en escena a burgueses ociosos cuyos
objetivos vitales son el amor, el dinero y el bienestar: “Eloísa está debajo de un
almendro”
EL TEATRO DE LOS 50: REALISMO SOCIAL
Teatro comercial
Es escaso debido a la pobreza y a la censura política y religiosa. Miguel Mihura
tuvo un enorme éxito en esta década con un texto escrito veinte años antes:
“Tres sombreros de copa”.
Teatro del realismo social
Surgen una serie de jóvenes que comparten una actitud combativa, buscando un
cambio. Estos tomaron conciencia de que los problemas íntimos tenían su origen
en la realidad social. Dos obras marcaron el inicio de esta tendencia: “Historia de
una escalera” de Buero Vallejo, y “Escuadra hacia la muerte” de Alfonso Sastre.
Temas. Ofrecen un punto de vista crítico. Así, desplazan el foco de lo individual
a lo colectivo: la vida urbana y rural, la hipocresía social, la falta de libertad, etc.
Técnica. Se alejan de la inverosimilitud de las tramas del teatro absurdo y de la
empalagosa comedia de salón. Crean una escena realista, sencilla, con
personajes profundos y complejidad psicológica. Emplean un registro coloquial
con incorrecciones, tacos y expresiones populares.
La Guerra Civil (1936-39) constituye una catástrofe a todos los niveles. A nivel
literario, el esplendor de la Edad de Plata desembocará en el exilio, la muerte, la
persecución y la censura política y religiosa. Al terminar la guerra el teatro quedó
huérfano por la muerte o exilio de los autores más destacados.
EL TEATRO DE LOS 40
Estuvo marcado por la censura: se representaban obras poco polémicas como
los sainetes costumbristas, zarzuelas, y el teatro musical de variedades.
Además, se llevan a escena las llamadas “comedias de tesis” de autores afines
al nuevo régimen, y que reflejan sus valores: “fe, familia y patria”. Las dos
tendencias que triunfaron fueron:
La comedia burguesa o de salon
Representada por Jacinto Benavente y continuada por sus imitadores. Se
desarrolla en interiores y tiene final feliz.
Teatro de humor absurdo
Surge un nuevo tipo durante la República que sorteó la censura y tuvo
continuidad durante la dictadura.
Tema. Con humor vanguardista, pone en escena lo que tiene de absurdo,
inverosímil e hipócrita la sociedad burguesa.
Técnica. El elemento más innovador es el uso de un lenguaje ingenioso,
moderno y poco convencional.
Autor. Enrique Jardiel Poncela pone en escena a burgueses ociosos cuyos
objetivos vitales son el amor, el dinero y el bienestar: “Eloísa está debajo de un
almendro”
EL TEATRO DE LOS 50: REALISMO SOCIAL
Teatro comercial
Es escaso debido a la pobreza y a la censura política y religiosa. Miguel Mihura
tuvo un enorme éxito en esta década con un texto escrito veinte años antes:
“Tres sombreros de copa”.
Teatro del realismo social
Surgen una serie de jóvenes que comparten una actitud combativa, buscando un
cambio. Estos tomaron conciencia de que los problemas íntimos tenían su origen
en la realidad social. Dos obras marcaron el inicio de esta tendencia: “Historia de
una escalera” de Buero Vallejo, y “Escuadra hacia la muerte” de Alfonso Sastre.
Temas. Ofrecen un punto de vista crítico. Así, desplazan el foco de lo individual
a lo colectivo: la vida urbana y rural, la hipocresía social, la falta de libertad, etc.
Técnica. Se alejan de la inverosimilitud de las tramas del teatro absurdo y de la
empalagosa comedia de salón. Crean una escena realista, sencilla, con
personajes profundos y complejidad psicológica. Emplean un registro coloquial
con incorrecciones, tacos y expresiones populares.