TEMA 10. 29. La caída de la monarquía y la proclamación de la república. La
Constitución de 1931.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey intentó retornar al régimen de la Restauración,
confiando el gobierno a otro militar: Dámaso Berenguer. Fracasó por varias razones:
● Los partidos dinásticos estaban rotos y desprestigiados.
● El monarca era impopular por su vinculación con la Dictadura.
● Se constituyeron nuevos partidos políticos de militancia republicana (Derecha
Republicana, Esquerra Republicana, ORGA). La oposición antimonárquica se
organizó en el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), que integraba a
republicanos, socialistas y nacionalistas catalanes de izquierda con un programa
para presentarse a las elecciones y constituir un comité revolucionario que debería
convertirse en el Gobierno provisional de la futura república.
Hubo planes e intentos de derribar la monarquía por la fuerza, como la huelga general
prevista para el 15 de diciembre, que iría acompañada de pronunciamientos militares. Tres
días antes de lo previsto, los capitanes Galán y García Hernández se pronunciaron en
Jaca. El pronunciamiento fracasó y fueron ejecutados. Berenguer fue incapaz de convocar
elecciones ante la negativa a participar de la mayoría de las fuerzas políticas, y dimitió el 14
de febrero. El rey otorgó entonces la jefatura de gobierno al almirante Aznar, que convocó
elecciones municipales como antesala a la convocatoria de unas elecciones generales.
Los partidos de la oposición presentaron las elecciones municipales del 12 de abril
como un plebiscito entre monarquía y república. Aunque los números totales dieron la
victoria a las candidaturas monárquicas, el triunfo de las republicanas en 41 de las 50
capitales de provincia, llevó a estos a proclamarse como vencedores, ya que consideraban
que el voto rural estaba mediatizado por el caciquismo. El 14 de abril de 1931 se proclamó
la república.
En Madrid, los firmantes del Pacto de San Sebastián, compuesto por fuerzas
republicanas de muy diferente signo (conservadores, de izquierda y radicales, socialistas y
nacionalistas catalanes y gallegos), constituyeron un Gobierno Provisional presidido por
Niceto Alcalá Zamora. Alfonso XIII se exilió sin renunciar formalmente a sus derechos y
murió en Roma en 1941.
El Gobierno Provisional decretó una serie de medidas como la amnistía general para
presos políticos de la dictadura de Primo de Rivera y la recuperación inmediata de derechos
y libertades fundamentales, designación de altos cargos de la Administración y convocatoria
de nuevas elecciones municipales para acabar con la influencia del caciquismo. También se
dieron graves desórdenes públicos por la quema de iglesias, sin que el gobierno adoptara
medidas contundentes prevenirlos. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes
por sufragio universal masculino para el 28 de junio, que dieron la mayoría a la conjunción
republicano-socialista: 250 de 464 diputados.
Las Cortes se constituyeron con una mayoría de izquierda. Además de los partidos
republicanos minoritarios, el PSOE era el partido más fuerte de la izquierda. Presentaba una
tendencia más moderada, liderada por Besteiro y Prieto, y otra más radical y revolucionaria
apoyada en la UGT (Largo Caballero). Los anarquistas no participaron del gobierno.
Constitución de 1931.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey intentó retornar al régimen de la Restauración,
confiando el gobierno a otro militar: Dámaso Berenguer. Fracasó por varias razones:
● Los partidos dinásticos estaban rotos y desprestigiados.
● El monarca era impopular por su vinculación con la Dictadura.
● Se constituyeron nuevos partidos políticos de militancia republicana (Derecha
Republicana, Esquerra Republicana, ORGA). La oposición antimonárquica se
organizó en el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), que integraba a
republicanos, socialistas y nacionalistas catalanes de izquierda con un programa
para presentarse a las elecciones y constituir un comité revolucionario que debería
convertirse en el Gobierno provisional de la futura república.
Hubo planes e intentos de derribar la monarquía por la fuerza, como la huelga general
prevista para el 15 de diciembre, que iría acompañada de pronunciamientos militares. Tres
días antes de lo previsto, los capitanes Galán y García Hernández se pronunciaron en
Jaca. El pronunciamiento fracasó y fueron ejecutados. Berenguer fue incapaz de convocar
elecciones ante la negativa a participar de la mayoría de las fuerzas políticas, y dimitió el 14
de febrero. El rey otorgó entonces la jefatura de gobierno al almirante Aznar, que convocó
elecciones municipales como antesala a la convocatoria de unas elecciones generales.
Los partidos de la oposición presentaron las elecciones municipales del 12 de abril
como un plebiscito entre monarquía y república. Aunque los números totales dieron la
victoria a las candidaturas monárquicas, el triunfo de las republicanas en 41 de las 50
capitales de provincia, llevó a estos a proclamarse como vencedores, ya que consideraban
que el voto rural estaba mediatizado por el caciquismo. El 14 de abril de 1931 se proclamó
la república.
En Madrid, los firmantes del Pacto de San Sebastián, compuesto por fuerzas
republicanas de muy diferente signo (conservadores, de izquierda y radicales, socialistas y
nacionalistas catalanes y gallegos), constituyeron un Gobierno Provisional presidido por
Niceto Alcalá Zamora. Alfonso XIII se exilió sin renunciar formalmente a sus derechos y
murió en Roma en 1941.
El Gobierno Provisional decretó una serie de medidas como la amnistía general para
presos políticos de la dictadura de Primo de Rivera y la recuperación inmediata de derechos
y libertades fundamentales, designación de altos cargos de la Administración y convocatoria
de nuevas elecciones municipales para acabar con la influencia del caciquismo. También se
dieron graves desórdenes públicos por la quema de iglesias, sin que el gobierno adoptara
medidas contundentes prevenirlos. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes
por sufragio universal masculino para el 28 de junio, que dieron la mayoría a la conjunción
republicano-socialista: 250 de 464 diputados.
Las Cortes se constituyeron con una mayoría de izquierda. Además de los partidos
republicanos minoritarios, el PSOE era el partido más fuerte de la izquierda. Presentaba una
tendencia más moderada, liderada por Besteiro y Prieto, y otra más radical y revolucionaria
apoyada en la UGT (Largo Caballero). Los anarquistas no participaron del gobierno.