Términos Aristóteles.
Felicidad
Es el bien supremo del hombre, que debe ser perfecto, suficiente por si mismo, activo, pues
debe buscarse por sí mismo y estable, teniendo continuidad a lo largo de la vida. La felicidad
constituye el fin perfecto y final de la actividad humana; la realización de todas sus capacidades
naturales.
Resalta la actividad racional como más propia del ser humano, siendo esta la vía a la vida
contemplativa, cúspide de la felicidad según Aristóteles. No obstante, Aristóteles admite que
también se requieren bienes exteriores, como la virtud, disposición del alma para actuar bien. Sin
embargo, ésta debe practicarse hasta que se realice en hábito. Es, además, una vía para acceder a la
felicidad. Aristóteles afirma que el hombre sólo puede ser feliz en la ciudad, donde desarrolla sus
capacidades, satisface sus necesidades y es educado en virtud.
Substancia
Para Aristóteles, existe una unidad del ser, que se puede transcribir al griego como Usias, "lo
que es". La forma primordial del ser es la substancia. Ésta es sujeto, autosuficiente. El ser
independiente del que se predican atributos. Por ejemplo, ser Sócrates.
Cada ser tiene su substancia, propia por naturaleza. Las otras formas del ser, no
primordiales, Aristóteles las llama accidentes. Por ejemplo, ser grande. Se tratan de modos que
predican el ser, y son: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión.
Debido a que las formas accidentales del ser remiten a la unidad de la sustancia, la unidad del ser
queda garantizada. Aristóteles llama categorías a estos modos diferentes de predicar el ser:
substancia, principal, y accidentes.
Aristóteles pretende garantizar que el conocimiento del ser verse sobre lo universal. Por ello,
distingue entre dos sustancias: sustancia primera (individualiza al ser) y sustancia segunda
(universaliza las características del ser).
La sustancia segunda no es sin la sustancia primera. Así, Aristóteles desarrolla su propuesta
alternativa a la teoría de las Ideas: la Teoría hilemórfica. Frente a ambos mundos platónicos,
Aristóteles presenta un único mundo de seres, compuesto de materia (sustancia primera) y forma
(sustancia segunda). Ambos son compuestos indisolubles, sólo pueden ser pensadas como distintas.
Potencia-acto.
Para explicar el cambio y devenir de la substancia, Aristóteles desarrolla la teoría de la
potencia y el acto, generalización de la materia y forma. Así, Aristóteles distingue dos nuevas
formas del ser: el ser en acto y el ser en potencia. La primera se refiere a la substancia tal como se
nos presenta en un inicio. El acto es lo que el ser ya es, aunque el ser puede ser algo que todavía no
es. Este proceso de llegar a ser Aristóteles lo llama potencia, modo de "no ser” relativo.
Aristóteles distingue dos tipos de potencia, la activa (poder o facultad de producir un efecto
en otra cosa: potencia agente) y la pasiva (aptitud para llegar a ser otra cosa; se halla en quien
experimenta la acción).
Aristóteles defiende la prioridad del acto respecto a la potencia, ya que, aquello que es
potencia, se convierte en acto al momento de entrar en contacto con un conjunto de propiedades.
Causa.
La teoría hilemórfica de la potencia-acto y los tipos de cambio explica cómo se produce el
cambio, mientras que la teoría de las cuatro causas explica por qué. Conocer algo científicamente es
conocer sus causas. Entiende por causa a todos aquellos elementos que intervienen en la producción
de los seres y distingue cuatro tipos de causa en ese sentido: causa material (aquello de lo que está
hecha una cosa), causa formal (aquello que la forma será, forma o esencia), causa eficiente (motriz;
agente productor del ser), causa final (propósito para el cual está hecha una cosa).
Felicidad
Es el bien supremo del hombre, que debe ser perfecto, suficiente por si mismo, activo, pues
debe buscarse por sí mismo y estable, teniendo continuidad a lo largo de la vida. La felicidad
constituye el fin perfecto y final de la actividad humana; la realización de todas sus capacidades
naturales.
Resalta la actividad racional como más propia del ser humano, siendo esta la vía a la vida
contemplativa, cúspide de la felicidad según Aristóteles. No obstante, Aristóteles admite que
también se requieren bienes exteriores, como la virtud, disposición del alma para actuar bien. Sin
embargo, ésta debe practicarse hasta que se realice en hábito. Es, además, una vía para acceder a la
felicidad. Aristóteles afirma que el hombre sólo puede ser feliz en la ciudad, donde desarrolla sus
capacidades, satisface sus necesidades y es educado en virtud.
Substancia
Para Aristóteles, existe una unidad del ser, que se puede transcribir al griego como Usias, "lo
que es". La forma primordial del ser es la substancia. Ésta es sujeto, autosuficiente. El ser
independiente del que se predican atributos. Por ejemplo, ser Sócrates.
Cada ser tiene su substancia, propia por naturaleza. Las otras formas del ser, no
primordiales, Aristóteles las llama accidentes. Por ejemplo, ser grande. Se tratan de modos que
predican el ser, y son: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y pasión.
Debido a que las formas accidentales del ser remiten a la unidad de la sustancia, la unidad del ser
queda garantizada. Aristóteles llama categorías a estos modos diferentes de predicar el ser:
substancia, principal, y accidentes.
Aristóteles pretende garantizar que el conocimiento del ser verse sobre lo universal. Por ello,
distingue entre dos sustancias: sustancia primera (individualiza al ser) y sustancia segunda
(universaliza las características del ser).
La sustancia segunda no es sin la sustancia primera. Así, Aristóteles desarrolla su propuesta
alternativa a la teoría de las Ideas: la Teoría hilemórfica. Frente a ambos mundos platónicos,
Aristóteles presenta un único mundo de seres, compuesto de materia (sustancia primera) y forma
(sustancia segunda). Ambos son compuestos indisolubles, sólo pueden ser pensadas como distintas.
Potencia-acto.
Para explicar el cambio y devenir de la substancia, Aristóteles desarrolla la teoría de la
potencia y el acto, generalización de la materia y forma. Así, Aristóteles distingue dos nuevas
formas del ser: el ser en acto y el ser en potencia. La primera se refiere a la substancia tal como se
nos presenta en un inicio. El acto es lo que el ser ya es, aunque el ser puede ser algo que todavía no
es. Este proceso de llegar a ser Aristóteles lo llama potencia, modo de "no ser” relativo.
Aristóteles distingue dos tipos de potencia, la activa (poder o facultad de producir un efecto
en otra cosa: potencia agente) y la pasiva (aptitud para llegar a ser otra cosa; se halla en quien
experimenta la acción).
Aristóteles defiende la prioridad del acto respecto a la potencia, ya que, aquello que es
potencia, se convierte en acto al momento de entrar en contacto con un conjunto de propiedades.
Causa.
La teoría hilemórfica de la potencia-acto y los tipos de cambio explica cómo se produce el
cambio, mientras que la teoría de las cuatro causas explica por qué. Conocer algo científicamente es
conocer sus causas. Entiende por causa a todos aquellos elementos que intervienen en la producción
de los seres y distingue cuatro tipos de causa en ese sentido: causa material (aquello de lo que está
hecha una cosa), causa formal (aquello que la forma será, forma o esencia), causa eficiente (motriz;
agente productor del ser), causa final (propósito para el cual está hecha una cosa).