entre diferentes grupos sociales reduciría los prejuicios y promovería la
integración, según la teoría propuesta por Allport (1954). Sin embargo,
investigaciones posteriores demostraron que esta hipótesis resulta ser
insuficiente o errónea cuando se trata de reducir prejuicios en contextos
escolares, pues el contacto en sí mismo no garantiza cambios positivos en las
actitudes.
Una de las principales razones por las que la hipótesis del "mero contacto" falló
en muchas situaciones de integración escolar es que no considera las
condiciones y cualidades del contacto. Para que el contacto sea efectivo en
reducir prejuicios, debe ocurrir en un contexto de cooperación, igualdad y
apoyo institucional, además de que los grupos involucrados tengan una
interacción en condiciones de igualdad y objetivos comunes (Pettigrew & Tropp,
2006). Cuando estas condiciones no se cumplen, el contacto puede incluso
reforzar prejuicios o crear conflictos adicionales.
Además, la presencia de prejuicios profundos y estructurales, así como las
normas y estereotipos sociales, pueden persistir a pesar del contacto
superficial. La integración escolar que solo se basa en la proximidad física o la
interacción superficial sin abordar estas actitudes subyacentes no logra los
cambios deseados (Dovidio, Gaertner, & Saguy, 2009).
En síntesis, la hipótesis del mero contacto resulta ser errónea en ciertos
contextos escolares porque no basta con que los grupos convivan; para reducir
prejuicios, es necesario que las interacciones sean diseñadas cuidadosamente,
fomentando igualdad, cooperación y empatía, y combatiendo directamente los
estereotipos y prejuicios sociale.
Referencias
Allport, G. W. (1954). The nature of prejudice. Addison-Wesley.
Dovidio, J. F., Gaertner, S. L., & Saguy, T. (2009). Intergroup contact and
prejudice. Handbook of Social Psychology, 2, 283-312.
Pettigrew, T. F., & Tropp, L. R. (2006). A meta-analytic test of intergroup contact
theory. Journal of Personality and Social Psychology, 90(5), 751–783.