de disparar o no disparar, en el contexto de un videojuego, estaban influidas
significativamente por estereotipos raciales. En su experimento, los
participantes tendían a disparar más rápidamente a individuos negros que a
blancos cuando sostenían un arma, y también eran más propensos a disparar
erróneamente a personas negras desarmadas. Este hallazgo revela la
influencia automática de prejuicios raciales incluso en situaciones que exigen
juicio crítico.
Estos resultados son relevantes para analizar los casos planteados. En el caso
de Jacinta, una mujer indígena encarcelada injustamente en México, se
evidenció un patrón de discriminación estructural. Jacinta no hablaba español y
fue condenada sin pruebas claras, lo que pone en evidencia cómo el sistema
de justicia castiga de forma desproporcionada a personas indígenas y pobres,
reforzando estereotipos que las presentan como ignorantes o culpables por
default (Amnistía Internacional, 2009).
En otro caso, el reportaje "Encarcelados por no hablar español" mostró que
cientos de indígenas enfrentan prisión en condiciones inadecuadas, sin
intérpretes y sin una defensa adecuada, lo cual reproduce la discriminación
institucional hacia pueblos originarios. Este tipo de exclusión lingüística
refuerza el prejuicio de inferioridad hacia quienes no se comunican en español,
colocándolos en una situación de mayor vulnerabilidad.
Finalmente, el caso de Anderson Arboleda en Colombia, un joven
afrodescendiente que murió tras una presunta golpiza policial, refleja el racismo
sistemático que enfrentan las personas negras en América Latina. La reacción
pública y el debate generado tras su muerte se enmarcan dentro de una lucha
más amplia contra la violencia racial y el perfilamiento étnico. La percepción de
"peligrosidad" o "sospecha" por el color de piel es uno de los estereotipos más
arraigados que afectan a las comunidades afrodescendientes en la región.
Estos tres casos reflejan cómo los estereotipos raciales y lingüísticos no solo
influyen en la percepción social, sino que pueden tener consecuencias graves y
mortales. Las decisiones de autoridades judiciales y policiales están mediadas
por estos prejuicios, replicando desigualdades históricas. Por ello, es urgente
visibilizar y cuestionar estos estereotipos, así como transformar las
instituciones para garantizar un trato justo y equitativo a todas las personas, sin
importar su origen étnico, idioma o color de piel.
Referencias:
Amnistía Internacional. (2009). Exigiendo justicia para Jacinta, Alberta y Teresa:
mujeres indígenas injustamente encarceladas en México.
https://www.amnesty.org/es/documents/amr41/002/2009/es/
Correll, J., Park, B., Judd, C. M., & Wittenbrink, B. (2002). The Police Officer's
Dilemma: Using Ethnicity to Disambiguate Potentially Threatening Individuals.
Journal of Personality and Social Psychology, 83(6), 1314–1329.
https://doi.org/10.1037//0022-3514.83.6.1314