Tema 8: La II República y la Guerra Civil en el País Vasco
La II República comenzó tras las elecciones del 14 de abril de 1931 que obligó a exiliarse al
rey Alfonso XIII a Italia comenzando un periodo de gobierno provisional liderado por Niceto
Alcalá Zamora. La II República fue recibida en el País Vasco con la misma esperanza que
en el resto del Estado, de hecho, es destacable que Eibar fue la primera localidad en
proclamar el nuevo régimen respublicano.
Sin embargo, los problemas centrales de la república tuvieron en el País Vasco unos rasgos
específicos ya que la cuestión agraria y las tensiones sociales no tuvieron gran importancia.
Por lo contrario, fue de gran interés el problema de la autonomía para la región. En aquel
momento, los nacionalistas vascos estaban divididos en Comunión Nacionalista Vasca y el
grupo Aberri. Aún así, gracias a las nuevas posibilidades que ofrecía la república, ambos
partidos se unificaron tras la asamblea celebrada en el cine de Bergara en 1931 y así, se
recuperó el antiguo nombre de Partido Nacionalista Vasco.
Como en el resto de España, los años republicanos en el País Vasco fueron convulsos y
estuvieron condicionados por la crisis económica que perjudicó a toda Europa tras el crac
de 1929. La producción de hierro vizcaíno descendió un 37% entre 1929 y 1931 y con ello
las cotizaciones de bancos, navieras, altos hornos descendieron. A su vez, hubo un fuerte
aumento del desempleo y las organizaciones obreras crecieron de una manera
espectacular. Es por ello que el sindicato nacionalista tuvo un auge espectacular
produciendo que en 1933 tomase el nombre de Eusko Langileen Alkartasuna- Solidaridad
de los Trabajadores Vascos (ELA-STV).
Durante el bienio conservador, en el País Vasco, una comisión gestora nombrada por la
Diputación elaboró un proyecto de estatuto (“Estatuto de las Gestoras”). Dicho proyecto fue
rechazado en diciembre tras ser presentado en unas Cortes-Generales de mayoría de
centro-derecha. Sin embargo, el triunfo del Frente Popular en 1936 supuso la reactivación
del estatuto. Es importante recalcar que la guerra civil no paralizó el proyecto estatutario
que se aprobó definitivamente al inicio de la misma.
Dicha guerra civil está dividida en tres fases a nivel nacional. La primera de ellas comienza
en junio de 1936 y finaliza en marzo de 1937. Durante este periodo, los sublevados avanzan
con rapidez aunque fracasan en su intento de toma de Madrid. La segunda fase da
comienzo en abril de 1937 y finaliza en noviembre de 1938. Durante este periodo, los
sublevados toman el norte industrial y llegan al Mediterráneo, produciendo la división en dos
de la zona republicana. La última fase da comienzo en diciembre de 1938 donde se destaca
la ocupación de Cataluña y Madrid. Finalmente, la última fase y en sí la guerra finaliza el 1
de abril de 1939 tras la victoria del bando sublevado.
En cuanto a la guerra civil en el País Vasco, desde el primer día del alzamiento, 18 de julio
de 1936, quedó dividido en dos zonas. En primer lugar, Navarra (requetés) y Álava que se
unieron al bando nacional, y en segundo lugar, Guipúzcoa y Vizcaya, que se unieron al
bando repiblicano.
La II República comenzó tras las elecciones del 14 de abril de 1931 que obligó a exiliarse al
rey Alfonso XIII a Italia comenzando un periodo de gobierno provisional liderado por Niceto
Alcalá Zamora. La II República fue recibida en el País Vasco con la misma esperanza que
en el resto del Estado, de hecho, es destacable que Eibar fue la primera localidad en
proclamar el nuevo régimen respublicano.
Sin embargo, los problemas centrales de la república tuvieron en el País Vasco unos rasgos
específicos ya que la cuestión agraria y las tensiones sociales no tuvieron gran importancia.
Por lo contrario, fue de gran interés el problema de la autonomía para la región. En aquel
momento, los nacionalistas vascos estaban divididos en Comunión Nacionalista Vasca y el
grupo Aberri. Aún así, gracias a las nuevas posibilidades que ofrecía la república, ambos
partidos se unificaron tras la asamblea celebrada en el cine de Bergara en 1931 y así, se
recuperó el antiguo nombre de Partido Nacionalista Vasco.
Como en el resto de España, los años republicanos en el País Vasco fueron convulsos y
estuvieron condicionados por la crisis económica que perjudicó a toda Europa tras el crac
de 1929. La producción de hierro vizcaíno descendió un 37% entre 1929 y 1931 y con ello
las cotizaciones de bancos, navieras, altos hornos descendieron. A su vez, hubo un fuerte
aumento del desempleo y las organizaciones obreras crecieron de una manera
espectacular. Es por ello que el sindicato nacionalista tuvo un auge espectacular
produciendo que en 1933 tomase el nombre de Eusko Langileen Alkartasuna- Solidaridad
de los Trabajadores Vascos (ELA-STV).
Durante el bienio conservador, en el País Vasco, una comisión gestora nombrada por la
Diputación elaboró un proyecto de estatuto (“Estatuto de las Gestoras”). Dicho proyecto fue
rechazado en diciembre tras ser presentado en unas Cortes-Generales de mayoría de
centro-derecha. Sin embargo, el triunfo del Frente Popular en 1936 supuso la reactivación
del estatuto. Es importante recalcar que la guerra civil no paralizó el proyecto estatutario
que se aprobó definitivamente al inicio de la misma.
Dicha guerra civil está dividida en tres fases a nivel nacional. La primera de ellas comienza
en junio de 1936 y finaliza en marzo de 1937. Durante este periodo, los sublevados avanzan
con rapidez aunque fracasan en su intento de toma de Madrid. La segunda fase da
comienzo en abril de 1937 y finaliza en noviembre de 1938. Durante este periodo, los
sublevados toman el norte industrial y llegan al Mediterráneo, produciendo la división en dos
de la zona republicana. La última fase da comienzo en diciembre de 1938 donde se destaca
la ocupación de Cataluña y Madrid. Finalmente, la última fase y en sí la guerra finaliza el 1
de abril de 1939 tras la victoria del bando sublevado.
En cuanto a la guerra civil en el País Vasco, desde el primer día del alzamiento, 18 de julio
de 1936, quedó dividido en dos zonas. En primer lugar, Navarra (requetés) y Álava que se
unieron al bando nacional, y en segundo lugar, Guipúzcoa y Vizcaya, que se unieron al
bando repiblicano.
