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TEMA 1: MODERNISMO
El modernismo surge como consecuencia de la situación histórica de finales del siglo XIX: debido a todo
tipo de transformaciones, la sociedad occidental sufre una profunda crisis y se rebela contra los valores de
la burguesía. Los artistas adoptan la misma actitud de insatisfacción ante la realidad, y los escritores
rechazan el prosaísmo realista y desean la renovación del lenguaje.
El modernismo es un movimiento de renovación artística y literaria que reivindica la libertad creadora.
Surgió en Hispanoamérica sobre 1880, con precursores como José Martí, y con Rubén Darío como máximo
exponente. Se extendió por Europa hasta 1915. En sus orígenes, el término modernista fue usado para
llamar despectivamente a los jóvenes artistas que, con su actitud rebelde, tipo de vida bohemio,
aislamiento aristocrático y refinamiento estético, se mostraban inconformistas con el tipo de vida burgués.
Aunque influyeron varias corrientes literarias del siglo XIX, las más importantes vienen de Francia:
parnasianismo y simbolismo. Los parnasianos buscan la perfección formal para alejarse de la realidad,
creando otra realidad en la que solo importa la belleza. Es el esteticismo y el escapismo, que prefiere los
mitos griegos, los ambientes orientales, lo medieval... Se trata del “arte por arte”.
Los simbolistas creen que no es suficiente, por lo que el poeta debe descubrir el significado profundo de
las cosas. Para ello utilizan los símbolos, que sugieren lo que hay de oculto tras la realidad, a lo que le
convienen un lenguaje musical. Otro aspecto importante es la inclusión de temas provocativos y
transgresores para la burguesía: vida nocturna, muerte, etc. Cabe señalar la influencia en España del
romanticismo, que aporta ciertos estados de ánimo (tristeza, melancolía) en ambientes nocturnos y
crepusculares (se admira a Bécquer).
La temática modernista apunta en dos direcciones: el mundo externo, con predominio de lo formal, y el
mundo interno, que muestra la intimidad del poeta. Ambos mundos coexisten a menudo en un mismo
escritor. Los temas más frecuentes son:
La expresión de la intimidad personal (de inspiración romántica). La melancolía, el hastío y la tristeza,
como manifestaciones del malestar existencial. Son sentimientos envueltos en ambientes otoñales o
crepusculares de jardines solitarios, tardes grises, etc.; paisajes simbólicos todos ellos.
El escapismo. La búsqueda de la belleza para huir de la realidad cotidiana y mostrar su desacuerdo con
ella. Se manifiesta en la evasión en el tiempo (pasado medieval, renacentista, dieciochesco, culturas
precolombinas), y en el espacio (Grecia, Roma, Oriente). En estas evocaciones abundan ninfas, dioses,
palacios, princesas, etc.; un mundo de belleza aristocrática opuesto a la vulgaridad de la vida burguesa.
El cosmopolitismo. París, ciudad cosmopolita por excelencia, se convierte en el centro del mundo
modernista.
En el tema del amor, hay cierta idealización del amor y la mujer, con muestras de erotismo y sensualidad,
expresión de rechazo a la moral burguesa.
En cuanto al estilo, el lenguaje se caracterizó por su riqueza con cultismos, neologismos, arcaísmos y
extranjerismos. Fundamental es la adjetivación impresionista y el uso de sinestesias, metáforas,
aliteraciones y paralelismos. Muy importante es la utilización del símbolo, entre los que destacan el color
azul y el cisne (la belleza, la pureza, lo aristocrático). Atención especial merece la métrica, siendo los
versos preferidos el alejandrino, dodecasílabo y eneasílabo, junto al verso libre.
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TEMA 1: MODERNISMO
El modernismo surge como consecuencia de la situación histórica de finales del siglo XIX: debido a todo
tipo de transformaciones, la sociedad occidental sufre una profunda crisis y se rebela contra los valores de
la burguesía. Los artistas adoptan la misma actitud de insatisfacción ante la realidad, y los escritores
rechazan el prosaísmo realista y desean la renovación del lenguaje.
El modernismo es un movimiento de renovación artística y literaria que reivindica la libertad creadora.
Surgió en Hispanoamérica sobre 1880, con precursores como José Martí, y con Rubén Darío como máximo
exponente. Se extendió por Europa hasta 1915. En sus orígenes, el término modernista fue usado para
llamar despectivamente a los jóvenes artistas que, con su actitud rebelde, tipo de vida bohemio,
aislamiento aristocrático y refinamiento estético, se mostraban inconformistas con el tipo de vida burgués.
Aunque influyeron varias corrientes literarias del siglo XIX, las más importantes vienen de Francia:
parnasianismo y simbolismo. Los parnasianos buscan la perfección formal para alejarse de la realidad,
creando otra realidad en la que solo importa la belleza. Es el esteticismo y el escapismo, que prefiere los
mitos griegos, los ambientes orientales, lo medieval... Se trata del “arte por arte”.
Los simbolistas creen que no es suficiente, por lo que el poeta debe descubrir el significado profundo de
las cosas. Para ello utilizan los símbolos, que sugieren lo que hay de oculto tras la realidad, a lo que le
convienen un lenguaje musical. Otro aspecto importante es la inclusión de temas provocativos y
transgresores para la burguesía: vida nocturna, muerte, etc. Cabe señalar la influencia en España del
romanticismo, que aporta ciertos estados de ánimo (tristeza, melancolía) en ambientes nocturnos y
crepusculares (se admira a Bécquer).
La temática modernista apunta en dos direcciones: el mundo externo, con predominio de lo formal, y el
mundo interno, que muestra la intimidad del poeta. Ambos mundos coexisten a menudo en un mismo
escritor. Los temas más frecuentes son:
La expresión de la intimidad personal (de inspiración romántica). La melancolía, el hastío y la tristeza,
como manifestaciones del malestar existencial. Son sentimientos envueltos en ambientes otoñales o
crepusculares de jardines solitarios, tardes grises, etc.; paisajes simbólicos todos ellos.
El escapismo. La búsqueda de la belleza para huir de la realidad cotidiana y mostrar su desacuerdo con
ella. Se manifiesta en la evasión en el tiempo (pasado medieval, renacentista, dieciochesco, culturas
precolombinas), y en el espacio (Grecia, Roma, Oriente). En estas evocaciones abundan ninfas, dioses,
palacios, princesas, etc.; un mundo de belleza aristocrática opuesto a la vulgaridad de la vida burguesa.
El cosmopolitismo. París, ciudad cosmopolita por excelencia, se convierte en el centro del mundo
modernista.
En el tema del amor, hay cierta idealización del amor y la mujer, con muestras de erotismo y sensualidad,
expresión de rechazo a la moral burguesa.
En cuanto al estilo, el lenguaje se caracterizó por su riqueza con cultismos, neologismos, arcaísmos y
extranjerismos. Fundamental es la adjetivación impresionista y el uso de sinestesias, metáforas,
aliteraciones y paralelismos. Muy importante es la utilización del símbolo, entre los que destacan el color
azul y el cisne (la belleza, la pureza, lo aristocrático). Atención especial merece la métrica, siendo los
versos preferidos el alejandrino, dodecasílabo y eneasílabo, junto al verso libre.
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