11. Crisis y transformación de la economía mundial a finales del s.XX
Desde 1973, la economía mundial y la de los países más desarrollados frenó su crecimiento. La crisis del
petróleo puso de manifiesto problemas que exigieron la reestructuración de algunos países, el principio del fin de
la URSS y la vuelta del capitalismo similar al desarrollado en etapas anteriores.
En términos económicos, los principales cambios fueron:
- Abandono de las políticas keynesianas orientadas al control de los precios y a la ortodoxia monetaria y
económica.
- Abandono de la defensa del pleno empleo como objetivo prioritario.
- Paralización del desarrollo del sistema de bienestar.
- Impulso a la globalización del capital.
1. La crisis del petróleo
La crisis afectó a las economías más desarrolladas, sobre todo las europeas y EE.UU.
En 1973, tras el enfrentamiento entre Israel y los países árabes, estos decidieron aumentar el precio del petróleo
(x3) como respuesta al apoyo doccidental al gobierno israelí.
La madurez de las economías desarrolladas no permitía crecer al mismo ritmo que en el pasado. Detrás de esta
ralentización se encontraban el aumento de costes de producción y la disminución de los márgenes comerciales,
lo que desincentivó la inversión y acabó por frenar el crecimiento del comercio internacional.
El aumento de los costes de producción vino ligado al aumento de los salarios y a la defensa que los
trabajadores habían logrado de sus puestos de trabajo. La medida pretendía evitar episodios de miseria y
desempleo pero, ante un contexto de crisis, ejerció como una carga para las empresas que estaban reduciendo
sus márgenes de beneficios ante una competencia internacional creciente. La reducción del consumo y de las
inversiones empresariales frenaron las altas tasas de crecimiento de etapas anteriores.
EE.UU. mostraba problemas vinculados a la salida de capital y a la debilidad de sus exportaciones, lo que redujo
su capacidad de respuesta y liderazgo.
2. Problemas y respuestas contra la crisis
2.1. La estanflación
El fenómeno de estancamiento económico e inflación se conoce como estanflación.
La primera subida del precio del petróleo en 1973 conllevó a un aumento de los precios de los productos
manufacturados que acabó por repercutir negativamente en los países exportadores de petróleo que, a su vez,
eran importadores de estos bienes. En 1978, los países exportadores subieron de nuevo los precios (segunda
crisis del petróleo), generando mayores problemas de inflación en las economías más dependientes de su
petróleo: las europeas y Japón.
La crisis de los años 70 no implicó una caída generalizada del PIB, sino un menor crecimiento a partir del
encarecimiento de la oferta al que no pudieron seguir los salarios. En algunos países la demanda se contrajo,
provocando la quiebra de empresas, desempleo y un estancamiento económico generalizado con auténticos
tintes de crisis.
2.2. Las respuestas
a) Los cambios en la política económica
Las consecuencias de la crisis demostraron que se trataba de una crisis estructural. La inflación se había
convertido en el problema fundamental y las políticas económicas se orientaron a la lucha contra ella. Desde
1978, fue común la aplicación de herramientas como la contracción de la oferta monetaria, la restricción de
prestaciones sociales y la liberalización de la economía.
Las respuestas a la crisis acabaron por convertirse en la ortodoxia económica. El liberalismo se tradujo en la
negación de políticas que tuvieran que ver con la participación del estado, asumiendo que el mercado era el
mejor medio para intercambiar y asignar recursos y dejando la política monetaria en manos de bancos centrales
independientes.
Durante los años 80 se pusieron en práctica la mayor parte de estas políticas que controlaron la inflación, la
desregulación financiera, redujeron la presión fiscal directa y desaparecieron las empresas públicas.
Desde 1973, la economía mundial y la de los países más desarrollados frenó su crecimiento. La crisis del
petróleo puso de manifiesto problemas que exigieron la reestructuración de algunos países, el principio del fin de
la URSS y la vuelta del capitalismo similar al desarrollado en etapas anteriores.
En términos económicos, los principales cambios fueron:
- Abandono de las políticas keynesianas orientadas al control de los precios y a la ortodoxia monetaria y
económica.
- Abandono de la defensa del pleno empleo como objetivo prioritario.
- Paralización del desarrollo del sistema de bienestar.
- Impulso a la globalización del capital.
1. La crisis del petróleo
La crisis afectó a las economías más desarrolladas, sobre todo las europeas y EE.UU.
En 1973, tras el enfrentamiento entre Israel y los países árabes, estos decidieron aumentar el precio del petróleo
(x3) como respuesta al apoyo doccidental al gobierno israelí.
La madurez de las economías desarrolladas no permitía crecer al mismo ritmo que en el pasado. Detrás de esta
ralentización se encontraban el aumento de costes de producción y la disminución de los márgenes comerciales,
lo que desincentivó la inversión y acabó por frenar el crecimiento del comercio internacional.
El aumento de los costes de producción vino ligado al aumento de los salarios y a la defensa que los
trabajadores habían logrado de sus puestos de trabajo. La medida pretendía evitar episodios de miseria y
desempleo pero, ante un contexto de crisis, ejerció como una carga para las empresas que estaban reduciendo
sus márgenes de beneficios ante una competencia internacional creciente. La reducción del consumo y de las
inversiones empresariales frenaron las altas tasas de crecimiento de etapas anteriores.
EE.UU. mostraba problemas vinculados a la salida de capital y a la debilidad de sus exportaciones, lo que redujo
su capacidad de respuesta y liderazgo.
2. Problemas y respuestas contra la crisis
2.1. La estanflación
El fenómeno de estancamiento económico e inflación se conoce como estanflación.
La primera subida del precio del petróleo en 1973 conllevó a un aumento de los precios de los productos
manufacturados que acabó por repercutir negativamente en los países exportadores de petróleo que, a su vez,
eran importadores de estos bienes. En 1978, los países exportadores subieron de nuevo los precios (segunda
crisis del petróleo), generando mayores problemas de inflación en las economías más dependientes de su
petróleo: las europeas y Japón.
La crisis de los años 70 no implicó una caída generalizada del PIB, sino un menor crecimiento a partir del
encarecimiento de la oferta al que no pudieron seguir los salarios. En algunos países la demanda se contrajo,
provocando la quiebra de empresas, desempleo y un estancamiento económico generalizado con auténticos
tintes de crisis.
2.2. Las respuestas
a) Los cambios en la política económica
Las consecuencias de la crisis demostraron que se trataba de una crisis estructural. La inflación se había
convertido en el problema fundamental y las políticas económicas se orientaron a la lucha contra ella. Desde
1978, fue común la aplicación de herramientas como la contracción de la oferta monetaria, la restricción de
prestaciones sociales y la liberalización de la economía.
Las respuestas a la crisis acabaron por convertirse en la ortodoxia económica. El liberalismo se tradujo en la
negación de políticas que tuvieran que ver con la participación del estado, asumiendo que el mercado era el
mejor medio para intercambiar y asignar recursos y dejando la política monetaria en manos de bancos centrales
independientes.
Durante los años 80 se pusieron en práctica la mayor parte de estas políticas que controlaron la inflación, la
desregulación financiera, redujeron la presión fiscal directa y desaparecieron las empresas públicas.
