Tipos de participación – participación directa
Participación directa: consiste en la cooperación entre la familia y el equipo docente en
las diferentes actividades que se desarrollen en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Si
bien es cierto que esta metodología provoca que tanto el profesorado como la familia se
vuelque en mayor parte en el proceso de aprendizaje del alumnado, se desemboca en un
conocimiento personal mucho más profundo y, en cuanto a los docentes, una valoración
personal de la labor que ejercen, dando lugar a poder opinar y solucionar diferentes
aspectos negativos que, en otros contextos, aun estando presentes, no podrían ser
identificados adecuadamente (Alfonso, 2003).
Existe una distinción dentro de este tipo de participación entre sistemática y esporádica:
• Sistemática: tiene un carácter regular y estable en el que los planes de
participación de las familias ya están elaborados y organizados desde un primer
momento, lo que favorece el rendimiento de los alumnos y evita el fracaso escolar
de los mismos. Este tipo de participación directa podemos hacerla presente
mediante la implicación en tareas de apoyo, en talleres (de juegos, de animación
a la lectura, de experiencias, de informática o de alimentación) o por medio de
proyectos, definidos estos últimos por Feito (2009), como un área de interés en
torno al cual se pueden hacer girar todas con la mayor parte de los contenidos,
procedimientos y actitudes que se desean desarrollar en un ciclo o en un curso,
teniendo como objetivo, según Hernández y Ventura (2008), vincular el
conocimiento de forma globalizada.
• Esporádica: al contrario que la sistemática, es una forma de participación no
constante que surge únicamente en determinados momentos a lo largo del curso
como en el periodo de adaptación, punto del curso muy relevante para comenzar
de manera positiva la relación entre las familias, los alumnos y la escuela.
Objetivos
Realizar dinámicas educativas para favorecer el desarrollo integral de niños y niñas a
través de actividades creativas. Esto es porque las actividades que se proponen en estas
sesiones son complicadas de llevar a cabo en el aula (demasiados alumnos) y también en
casa (demasiado material), como por ejemplo, pintar con las manos, juegos con distintos
tipos de materiales como el agua, la harina, etc. Por eso son novedosas e interesantes.
Participación directa: consiste en la cooperación entre la familia y el equipo docente en
las diferentes actividades que se desarrollen en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Si
bien es cierto que esta metodología provoca que tanto el profesorado como la familia se
vuelque en mayor parte en el proceso de aprendizaje del alumnado, se desemboca en un
conocimiento personal mucho más profundo y, en cuanto a los docentes, una valoración
personal de la labor que ejercen, dando lugar a poder opinar y solucionar diferentes
aspectos negativos que, en otros contextos, aun estando presentes, no podrían ser
identificados adecuadamente (Alfonso, 2003).
Existe una distinción dentro de este tipo de participación entre sistemática y esporádica:
• Sistemática: tiene un carácter regular y estable en el que los planes de
participación de las familias ya están elaborados y organizados desde un primer
momento, lo que favorece el rendimiento de los alumnos y evita el fracaso escolar
de los mismos. Este tipo de participación directa podemos hacerla presente
mediante la implicación en tareas de apoyo, en talleres (de juegos, de animación
a la lectura, de experiencias, de informática o de alimentación) o por medio de
proyectos, definidos estos últimos por Feito (2009), como un área de interés en
torno al cual se pueden hacer girar todas con la mayor parte de los contenidos,
procedimientos y actitudes que se desean desarrollar en un ciclo o en un curso,
teniendo como objetivo, según Hernández y Ventura (2008), vincular el
conocimiento de forma globalizada.
• Esporádica: al contrario que la sistemática, es una forma de participación no
constante que surge únicamente en determinados momentos a lo largo del curso
como en el periodo de adaptación, punto del curso muy relevante para comenzar
de manera positiva la relación entre las familias, los alumnos y la escuela.
Objetivos
Realizar dinámicas educativas para favorecer el desarrollo integral de niños y niñas a
través de actividades creativas. Esto es porque las actividades que se proponen en estas
sesiones son complicadas de llevar a cabo en el aula (demasiados alumnos) y también en
casa (demasiado material), como por ejemplo, pintar con las manos, juegos con distintos
tipos de materiales como el agua, la harina, etc. Por eso son novedosas e interesantes.