Índice.
• Introducción al Futurismo.
• Literatura futurista.
◦ Características.
◦ Innovaciones literarias.
• Futurismo en España.
• Escritores destacados del Futurismo Literario.
• Conclusión.
• Bibliografía.
Introducción al Futurismo.
El futurismo (“movimiento orientado hacia el futuro”) surge como una nueva corriente
artística dentro del movimiento vanguardista europeo a principios del siglo XX, con un eje
principalmente establecido en la literatura, pero que se fue desvirtuando hacia otras ramas del arte.
Dicha corriente se origina en Italia, Milán, de la mano de Filippo Tommaso Marinetti, quien sitúa a
la máquina como nuevo concepto de belleza en el documento “Manifiesto futurista”, publicado en
1909 en la revista francesa “Le Figaro”.
Marinetti elevó a calidad de bello aquello relacionado con las características de las
máquinas: velocidad, energía y fuerza, rechazando lo tradicional y clásico, pues lo consideraba
arcaico, obsoleto y estandarizado, por ello creía necesario un cambio radical en el arte y en su
ambiente. Este posicionamiento se vio influenciado por la presencia de la Segunda Revolución
Industrial, hecho histórico que industrializó Italia.
Afirmaba que la joven generación debía deshacerse de la necesidad de glorificar el
Renacimiento italiano y que, en cambio, debía enfocarse en exaltar los nuevos acontecimientos y
movimientos ocurridos en Italia. Esta idea de situar a Italia como centro de cambios y reflexiones
manifestó en el Futurismo un fuerte carácter nacionalista y de índole bélico. Esto, claramente,
facilitó una alianza ideológica con el fascismo, llegando a considerarse un antecedente del mismo.
La glorificación de la muerte, la guerra y la violencia contra la mujer dejan en evidencia el cariz
macabro que poseía este movimiento vanguardista, que además apuntaba a una sobreidealización,
útopica, del hombre, la cual se basaba en un “superhombre”, pues los avances tecnológicos de la
época se traducía para los futuristas como una promesa de inagotable evolución.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial marcó el fin del grupo futurista original. Al
terminar dicha guerra, Marinetti revivió el movimiento. Este periodo fue llamado el segundo
futurismo, que sería formalmente asociado con el fascismo. En esta etapa se desarrollan la
publicidad y la tipografía, representándose en folletos de manifiesto, poemas de cartel y revistas con
una mezcla de literatura, pintura y pronunciamientos teóricos. Finalmente, después de la derrota de
Mussolini y la muerte de Marinetti, en 1944, el futurismo murió de forma oficial. Aún así, siguió
siendo una corriente muy influyente para movimientos artísticos posteriores del siglo XX como el
dada, el surrealismo, y en términos de diseño, el art déco.
En cuanto al sector literario dentro del Futurismo, los escritores literario abordaban en su
obras las características urbanas y modernistas de su época. Buscaba, además, desarrollar un
lenguaje que se ajustara a su necesidad para poder expresar la velocidad y la crueldad propias de los
comienzos del siglo XX. Estas intenciones se reflejaron en nuevos géneros y nuevas formas de
difusión, que en su momento fueron revolucionarias.
• Introducción al Futurismo.
• Literatura futurista.
◦ Características.
◦ Innovaciones literarias.
• Futurismo en España.
• Escritores destacados del Futurismo Literario.
• Conclusión.
• Bibliografía.
Introducción al Futurismo.
El futurismo (“movimiento orientado hacia el futuro”) surge como una nueva corriente
artística dentro del movimiento vanguardista europeo a principios del siglo XX, con un eje
principalmente establecido en la literatura, pero que se fue desvirtuando hacia otras ramas del arte.
Dicha corriente se origina en Italia, Milán, de la mano de Filippo Tommaso Marinetti, quien sitúa a
la máquina como nuevo concepto de belleza en el documento “Manifiesto futurista”, publicado en
1909 en la revista francesa “Le Figaro”.
Marinetti elevó a calidad de bello aquello relacionado con las características de las
máquinas: velocidad, energía y fuerza, rechazando lo tradicional y clásico, pues lo consideraba
arcaico, obsoleto y estandarizado, por ello creía necesario un cambio radical en el arte y en su
ambiente. Este posicionamiento se vio influenciado por la presencia de la Segunda Revolución
Industrial, hecho histórico que industrializó Italia.
Afirmaba que la joven generación debía deshacerse de la necesidad de glorificar el
Renacimiento italiano y que, en cambio, debía enfocarse en exaltar los nuevos acontecimientos y
movimientos ocurridos en Italia. Esta idea de situar a Italia como centro de cambios y reflexiones
manifestó en el Futurismo un fuerte carácter nacionalista y de índole bélico. Esto, claramente,
facilitó una alianza ideológica con el fascismo, llegando a considerarse un antecedente del mismo.
La glorificación de la muerte, la guerra y la violencia contra la mujer dejan en evidencia el cariz
macabro que poseía este movimiento vanguardista, que además apuntaba a una sobreidealización,
útopica, del hombre, la cual se basaba en un “superhombre”, pues los avances tecnológicos de la
época se traducía para los futuristas como una promesa de inagotable evolución.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial marcó el fin del grupo futurista original. Al
terminar dicha guerra, Marinetti revivió el movimiento. Este periodo fue llamado el segundo
futurismo, que sería formalmente asociado con el fascismo. En esta etapa se desarrollan la
publicidad y la tipografía, representándose en folletos de manifiesto, poemas de cartel y revistas con
una mezcla de literatura, pintura y pronunciamientos teóricos. Finalmente, después de la derrota de
Mussolini y la muerte de Marinetti, en 1944, el futurismo murió de forma oficial. Aún así, siguió
siendo una corriente muy influyente para movimientos artísticos posteriores del siglo XX como el
dada, el surrealismo, y en términos de diseño, el art déco.
En cuanto al sector literario dentro del Futurismo, los escritores literario abordaban en su
obras las características urbanas y modernistas de su época. Buscaba, además, desarrollar un
lenguaje que se ajustara a su necesidad para poder expresar la velocidad y la crueldad propias de los
comienzos del siglo XX. Estas intenciones se reflejaron en nuevos géneros y nuevas formas de
difusión, que en su momento fueron revolucionarias.