MONITOREO FETAL
Definición: observación y registro grafico continuo de variables biológicas indicadoras
del estado fetal.
Los indicadores son la contractibilidad uterina y la frecuencia cardiaca fetal. Ayuda a
determinar el SUFRIMIENTO FETAL AGUDO.
Contractilidad uterina
El trabajo de parto se caracteriza por la aparición de contracciones involuntarias,
rítmicas y dolorosas. La contractilidad debe ser observada durante lapsos de 10
minutos, cada 30 minutos. Se investigarán el tono uterino (normal: cuando se palpan
partes fetales entre las contracciones), la frecuencia contráctil en 10 minutos (normal:
2-5 contracciones/10 min; alerta: 6-7 contracciones/ 10 min), la duración clínica desde
el comienzo del endurecimiento hasta su relajación (normal: 20 a 50 seg) y la
intensidad de las mismas (baja: el útero se deprime en la acme de la contracción; alta:
cuando no se puede deprimir durante toda la contracción). Todo esto permitirá
corregir oportunamente las desviaciones que se puedan presentar, impidiendo la
aparición de distocias de contracción y la repercusión de las mismas sobre la marcha
del trabajo de parto y la vitalidad fetal.
Frecuencia cardiaca fetal
Se expresa en latidos por minuto. Se debe auscultar durante el mayor tiempo posible
hasta un máximo ideal de un minuto, en el mismo periodo en que se están haciendo
los controles de la actividad uterina, es decir, cada media hora. La auscultación se
realiza entre las contracciones y durante las mismas, especialmente en su acmé y en su
fase de relajación. De este modo se auscultará o registran la frecuencia cardíaca fetal
basal (contada durante los intervalos entre contracciones) y las 3 variaciones clásicas
asociadas a las contracciones: los dips tipo 1 o desaceleraciones precoces (la
desaceleración máxima coincide en espejo con la acme de la contracción); los dips tipo
2 o desaceleraciones tardías (el valle de la caida ocurre durante el periodo de
relajación, con un décalage respecto de la acme de la contracción de 20-40 seg) y los
dips funiculares o desaceleraciones variables por compresión del cordón (de difícil
diferenciación clínica con los dips tipo 2, aunque, en general, la perdida de latidos es
mayor que la de los dips 1 o 2 y su magnitud y relación temporal con las contracciones
son variables).
El control intermitente de la FCF se facilita si se cuenta con un instrumento manual
portátil que aplica el efecto Doppler. A medida que el trabajo de parto progresa, la
vigilancia de la FCF deberá ser más frecuente. Debe ser analizada teniendo en cuenta
el estado de las membranas ovulares y el grado de encaje de la cabeza fetal (la
Definición: observación y registro grafico continuo de variables biológicas indicadoras
del estado fetal.
Los indicadores son la contractibilidad uterina y la frecuencia cardiaca fetal. Ayuda a
determinar el SUFRIMIENTO FETAL AGUDO.
Contractilidad uterina
El trabajo de parto se caracteriza por la aparición de contracciones involuntarias,
rítmicas y dolorosas. La contractilidad debe ser observada durante lapsos de 10
minutos, cada 30 minutos. Se investigarán el tono uterino (normal: cuando se palpan
partes fetales entre las contracciones), la frecuencia contráctil en 10 minutos (normal:
2-5 contracciones/10 min; alerta: 6-7 contracciones/ 10 min), la duración clínica desde
el comienzo del endurecimiento hasta su relajación (normal: 20 a 50 seg) y la
intensidad de las mismas (baja: el útero se deprime en la acme de la contracción; alta:
cuando no se puede deprimir durante toda la contracción). Todo esto permitirá
corregir oportunamente las desviaciones que se puedan presentar, impidiendo la
aparición de distocias de contracción y la repercusión de las mismas sobre la marcha
del trabajo de parto y la vitalidad fetal.
Frecuencia cardiaca fetal
Se expresa en latidos por minuto. Se debe auscultar durante el mayor tiempo posible
hasta un máximo ideal de un minuto, en el mismo periodo en que se están haciendo
los controles de la actividad uterina, es decir, cada media hora. La auscultación se
realiza entre las contracciones y durante las mismas, especialmente en su acmé y en su
fase de relajación. De este modo se auscultará o registran la frecuencia cardíaca fetal
basal (contada durante los intervalos entre contracciones) y las 3 variaciones clásicas
asociadas a las contracciones: los dips tipo 1 o desaceleraciones precoces (la
desaceleración máxima coincide en espejo con la acme de la contracción); los dips tipo
2 o desaceleraciones tardías (el valle de la caida ocurre durante el periodo de
relajación, con un décalage respecto de la acme de la contracción de 20-40 seg) y los
dips funiculares o desaceleraciones variables por compresión del cordón (de difícil
diferenciación clínica con los dips tipo 2, aunque, en general, la perdida de latidos es
mayor que la de los dips 1 o 2 y su magnitud y relación temporal con las contracciones
son variables).
El control intermitente de la FCF se facilita si se cuenta con un instrumento manual
portátil que aplica el efecto Doppler. A medida que el trabajo de parto progresa, la
vigilancia de la FCF deberá ser más frecuente. Debe ser analizada teniendo en cuenta
el estado de las membranas ovulares y el grado de encaje de la cabeza fetal (la