TEMA 9. 27. La crisis de 1917 y el final del sistema.
En 1914 estalló en Europa la I Guerra Mundial. España se mantuvo neutral, aunque hubo un
debate interno en la prensa y en la calle que en realidad reflejaba a los partidarios de una solución de
corte autoritario o democrático para España. El país obtuvo beneficios económicos con la explotación
de materias primas y productos a los países enfrentados. Sin embargo, esto incrementó los precios
y la falta de productos básicos, afectando negativamente a los más desfavorecidos. Por otro lado, los
beneficios tuvieron un carácter especulativo, no hubo reinversión para modernizar la industria. A
partir de 1917 comenzó la reducción de las exportaciones. Desde 1918 a 1924 España entró en una
crisis por la caída radical de la demanda exterior.
El fracaso de los intentos regeneradores desde la derecha del Partido Conservador (Maura) y la
izquierda del Liberal (Canalejas) deterioraron el sistema.
LA CRISIS DE 1917
En el verano de 1917, tres procesos paralelos pusieron en jaque al sistema de la Restauración. La
crisis de 1917 fue una protesta generalizada en la que participaron los militares, los partidos de la
oposición y las organizaciones obreras. Todos originados en los defectos del sistema y situación de
la Primera Guerra Mundial, pero ninguno consiguió sus objetivos, pues no hubo confluencia de
intereses entre los tres sectores.
La protesta militar estuvo provocada por el descontento de los oficiales de la Península ante la
facilidad para ascender de los oficiales destinados en Marruecos (africanistas) y del ejército en
general por la “macrocefalia” o exceso de oficiales, unida al atraso técnico y a las malas condiciones
materiales y salariales. Grupos de militares, liderados por el coronel Márquez, crearon las llamadas
Juntas de Defensa encabezadas por el coronel Márquez. Estas organizaciones buscaban mejorar su
situación profesional y reclamaban un criterio de ascenso único (para acabar con la diferencia entre
peninsulares y africanistas) y un aumento de sueldo. Emitieron el “Manifiesto de junio” en un tono
regeneracionista. El gobierno no se atrevió a disolverlas y cedió a sus presiones.
La crisis política se inició en junio cuando los partidos de oposición exigieron la reapertura de las
Cortes, clausuradas por la crisis militar. El catalanista Cambó aprovechó para denunciar la falta de
representatividad del régimen. El Gobierno respondió con la declaración de Estado de excepción y la
censura de prensa. En julio, la Lliga Catalanista organizó una Asamblea de Parlamentarios
catalanes, que exigió la formación de un Gobierno Provisional y la convocatoria de Cortes
Constituyentes. La Asamblea convocó una reunión de todos los diputados españoles, a la que
acudieron sólo 70 (Lliga, Partido Reformista, republicanos y el socialista Pablo Iglesias). Fue disuelta
por la Guardia Civil.
La crisis social estuvo relacionada con la situación provocada por la I Guerra Mundial. UGT y CNT
firmaron un manifiesto instando al gobierno a contener los precios y organizaron huelgas con éxito en
marzo de 1917. A raíz del inicio de una huelga ferroviaria de Valencia, la UGT convocó la Huelga
General. Su petición de colaboración a las Juntas de Defensa y a la Asamblea de Parlamentarios no
obtuvo resultados y se vieron abocados a confluir solo con los anarquistas. La huelga registró una
incidencia desigual: la repercusión mayor fue en Madrid, Vizcaya, Barcelona y Asturias. La UGT
exigió la creación de un Gobierno Provisional y la convocatoria de Cortes Constituyentes. El ejército
la sofocó después de duros enfrentamientos, con un balance de 70 muertos, 300 heridos y 1200
En 1914 estalló en Europa la I Guerra Mundial. España se mantuvo neutral, aunque hubo un
debate interno en la prensa y en la calle que en realidad reflejaba a los partidarios de una solución de
corte autoritario o democrático para España. El país obtuvo beneficios económicos con la explotación
de materias primas y productos a los países enfrentados. Sin embargo, esto incrementó los precios
y la falta de productos básicos, afectando negativamente a los más desfavorecidos. Por otro lado, los
beneficios tuvieron un carácter especulativo, no hubo reinversión para modernizar la industria. A
partir de 1917 comenzó la reducción de las exportaciones. Desde 1918 a 1924 España entró en una
crisis por la caída radical de la demanda exterior.
El fracaso de los intentos regeneradores desde la derecha del Partido Conservador (Maura) y la
izquierda del Liberal (Canalejas) deterioraron el sistema.
LA CRISIS DE 1917
En el verano de 1917, tres procesos paralelos pusieron en jaque al sistema de la Restauración. La
crisis de 1917 fue una protesta generalizada en la que participaron los militares, los partidos de la
oposición y las organizaciones obreras. Todos originados en los defectos del sistema y situación de
la Primera Guerra Mundial, pero ninguno consiguió sus objetivos, pues no hubo confluencia de
intereses entre los tres sectores.
La protesta militar estuvo provocada por el descontento de los oficiales de la Península ante la
facilidad para ascender de los oficiales destinados en Marruecos (africanistas) y del ejército en
general por la “macrocefalia” o exceso de oficiales, unida al atraso técnico y a las malas condiciones
materiales y salariales. Grupos de militares, liderados por el coronel Márquez, crearon las llamadas
Juntas de Defensa encabezadas por el coronel Márquez. Estas organizaciones buscaban mejorar su
situación profesional y reclamaban un criterio de ascenso único (para acabar con la diferencia entre
peninsulares y africanistas) y un aumento de sueldo. Emitieron el “Manifiesto de junio” en un tono
regeneracionista. El gobierno no se atrevió a disolverlas y cedió a sus presiones.
La crisis política se inició en junio cuando los partidos de oposición exigieron la reapertura de las
Cortes, clausuradas por la crisis militar. El catalanista Cambó aprovechó para denunciar la falta de
representatividad del régimen. El Gobierno respondió con la declaración de Estado de excepción y la
censura de prensa. En julio, la Lliga Catalanista organizó una Asamblea de Parlamentarios
catalanes, que exigió la formación de un Gobierno Provisional y la convocatoria de Cortes
Constituyentes. La Asamblea convocó una reunión de todos los diputados españoles, a la que
acudieron sólo 70 (Lliga, Partido Reformista, republicanos y el socialista Pablo Iglesias). Fue disuelta
por la Guardia Civil.
La crisis social estuvo relacionada con la situación provocada por la I Guerra Mundial. UGT y CNT
firmaron un manifiesto instando al gobierno a contener los precios y organizaron huelgas con éxito en
marzo de 1917. A raíz del inicio de una huelga ferroviaria de Valencia, la UGT convocó la Huelga
General. Su petición de colaboración a las Juntas de Defensa y a la Asamblea de Parlamentarios no
obtuvo resultados y se vieron abocados a confluir solo con los anarquistas. La huelga registró una
incidencia desigual: la repercusión mayor fue en Madrid, Vizcaya, Barcelona y Asturias. La UGT
exigió la creación de un Gobierno Provisional y la convocatoria de Cortes Constituyentes. El ejército
la sofocó después de duros enfrentamientos, con un balance de 70 muertos, 300 heridos y 1200
