La desamortización de Mendizabal
Se nos presenta para comentar un texto que recoge un preámbulo de la Ley
desamortizadora que promulgó Juan Álvarez Mendizabal en 1836. Esta ley tiene tres
objetivos principales; sanear la deuda de Hacienda, formar una clase social media o
burguesía nueva y minimizar el poder de la Iglesia. Realizaremos el comentario a través de
tres puntos: localización del texto, análisis del mismo y contextualización. Finalizamos con
unas breves conclusiones, señalando la importancia que tiene el texto.
Estamos ante un texto histórico, ya que fue escrito en el momento en el que sucedieron los
hechos. Además, su contenido es político ya que se trata de una "exposición" cuyo objetivo
era convencer sobre la aprobación de la Ley de desamortizaciones para así consolidar el
gobierno liberalista. Al tener forma de carta, según su estructura, el texto es literario, y al no
haber sufrido ninguna intervención posterior de algún autor, se trata de un texto de fuente
primaria.
La fecha de redacción del texto es el 21 de febrero de 1836 y fue publicado en la Gaceta de
Madrid durante la Regencia de Mª Cristina y el conflicto de la primera guerra carlista. Fue
escrito por Juan Álvarez Mendizabal y está dirigido hacia la regente Maria Cristina, y por
ello, tanto el autor como el destinatario son individuales. Como el objetivo del escrito era
exponer las ventajas de la desamortización y vender las tierras eclesiásticas y municipales,
la finalidad del texto es pública.
Analizando el contenido del texto, podemos ver que el objetivo principal de la carta escrita
por Mendizabal era hacer ver a la regente Maria Cristina las ventajas de aprobar la Ley de
desamortización y explicar los beneficios que produciría en la Nación. Además de recalcar
la necesidad de la liquidación de las formas de propiedad feudal para consolidar el régimen
liberal y apoyar la causa isabelina, amenazada por la guerra carlista. Ampliamos
brevemente cada una de estas ideas.
En el primer párrafo, se exponen los motivos por los que se debe llevar a cabo la venta de
los bienes incautados y los beneficios que estos causarían. Hace referencia a "bienes que
han venido a ser propiedad de la nación" aunque realmente no fueron adquiridos ni
donados, sino que gracias a los decretos de 1835 y la supresión de varias leyes del Antiguo
Régimen, estos bienes pasaron a ser de la Nación. Además de "cumplir una promesa
solemne”, es decir, consolidar el gobierno liberal, "vivificar una riqueza muerta", haciendo
referencia a las tierras de privilegiados sin trabajar e improductivas o "dar una garantía
positiva a la deuda nacional" para resolver la deuda económica surgida a raíz del conflicto
bélico (I guerra carlista).