“¿Qué es la filosofía?
Muchos se dan por satisfechos con la respuesta etimológico-psicológica: es el amor al saber. Como si el amor o el deseo de saber tuviera que ser, por sí mismo,
filosófico, siendo así que casi siempre el deseo de saber es de índole práctica, tecnológica o científica, y muchas veces frívola curiosidad o curiosidad infantil; y
como si la filosofía no fuese también algo más que un mero amor al saber, es decir, como si la filosofía no comportase por sí misma un saber, por modesto que
sea.
En cualquier caso, el saber filosófico no es un saber doxográfico, un saber del pretérito, un saber acerca de las obras de Platón, de Aristóteles, de Hegel o de
Husserl. El saber filosófico es un saber acerca del presente y desde el presente. La filosofía es un saber de segundo grado, que presupone por tanto otros
saberes previos, “de primer grado” (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos...). La filosofía, en su sentido estricto, no es “la madre de las ciencias”, una
madre que, una vez crecidas sus hijas, puede considerarse jubilada tras agradecerle los servicios prestados. Por el contrario, la filosofía presupone un estado de
las ciencias y de las técnicas suficientemente maduro para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida. Por ello también las Ideas de las que
se ocupa la filosofía, ideas que brotan precisamente de la confrontación de los más diversos conceptos técnicos, políticos o científicos, a partir de un cierto nivel
de desarrollo, son más abundantes a medida que se produce ese desarrollo.
En la medida en que la filosofía no es un mero amor al saber, sino un cierto saber, el filósofo ha de ser, de algún modo, un sabio, dotado de una sabiduría sui
generis (aun cuando su contenido no sea, según algunos, muy distinto del de una docta ignorancia). Desde este punto de vista podría confundirse con un
majadero todo aquel que se llame a sí mismo filósofo, aunque pretenda justificar su majadería apelando a la respuesta etimológica. Porque filósofo, como sabio –
es decir, no sólo profesor de filosofía–, es una denominación que sólo puede recibirse como aplicada por los demás.
La respuesta a la pregunta ¿qué es la filosofía? sólo puede llevarse a efecto impugnando otras respuestas que, junto con la propuesta, constituya un sistema de
respuestas posibles; porque el saber filosófico es siempre (y en esto se parece al saber político) un saber contra alguien, un saber dibujado frente a otros
pretendidos saberes.
Lo que quiere decir que prácticamente es imposible responder a la pregunta ¿qué es la filosofía? si no es en función de otros saberes que constituyen las
coordenadas de una educación del hombre y del ciudadano.”
(Bueno, Gustavo. ¿Qué es la filosofía? Pentalfa Ediciones. Oviedo, 1995.)
, FILOSOFÍA
NO ES ES
Un saber
Simple amor al saber (respuesta Saber de
otros sab
etimológica).
(ciencias
Saber doxográfico, de análisis de Necesita
conocim
textos históricos.
definido
Muchos se dan por satisfechos con la respuesta etimológico-psicológica: es el amor al saber. Como si el amor o el deseo de saber tuviera que ser, por sí mismo,
filosófico, siendo así que casi siempre el deseo de saber es de índole práctica, tecnológica o científica, y muchas veces frívola curiosidad o curiosidad infantil; y
como si la filosofía no fuese también algo más que un mero amor al saber, es decir, como si la filosofía no comportase por sí misma un saber, por modesto que
sea.
En cualquier caso, el saber filosófico no es un saber doxográfico, un saber del pretérito, un saber acerca de las obras de Platón, de Aristóteles, de Hegel o de
Husserl. El saber filosófico es un saber acerca del presente y desde el presente. La filosofía es un saber de segundo grado, que presupone por tanto otros
saberes previos, “de primer grado” (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos...). La filosofía, en su sentido estricto, no es “la madre de las ciencias”, una
madre que, una vez crecidas sus hijas, puede considerarse jubilada tras agradecerle los servicios prestados. Por el contrario, la filosofía presupone un estado de
las ciencias y de las técnicas suficientemente maduro para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida. Por ello también las Ideas de las que
se ocupa la filosofía, ideas que brotan precisamente de la confrontación de los más diversos conceptos técnicos, políticos o científicos, a partir de un cierto nivel
de desarrollo, son más abundantes a medida que se produce ese desarrollo.
En la medida en que la filosofía no es un mero amor al saber, sino un cierto saber, el filósofo ha de ser, de algún modo, un sabio, dotado de una sabiduría sui
generis (aun cuando su contenido no sea, según algunos, muy distinto del de una docta ignorancia). Desde este punto de vista podría confundirse con un
majadero todo aquel que se llame a sí mismo filósofo, aunque pretenda justificar su majadería apelando a la respuesta etimológica. Porque filósofo, como sabio –
es decir, no sólo profesor de filosofía–, es una denominación que sólo puede recibirse como aplicada por los demás.
La respuesta a la pregunta ¿qué es la filosofía? sólo puede llevarse a efecto impugnando otras respuestas que, junto con la propuesta, constituya un sistema de
respuestas posibles; porque el saber filosófico es siempre (y en esto se parece al saber político) un saber contra alguien, un saber dibujado frente a otros
pretendidos saberes.
Lo que quiere decir que prácticamente es imposible responder a la pregunta ¿qué es la filosofía? si no es en función de otros saberes que constituyen las
coordenadas de una educación del hombre y del ciudadano.”
(Bueno, Gustavo. ¿Qué es la filosofía? Pentalfa Ediciones. Oviedo, 1995.)
, FILOSOFÍA
NO ES ES
Un saber
Simple amor al saber (respuesta Saber de
otros sab
etimológica).
(ciencias
Saber doxográfico, de análisis de Necesita
conocim
textos históricos.
definido