LA GENERACIÓN DEL 27
La Generación del 27 surge en un contexto histórico y social convulso. Fin de la Primera Guerra
Mundial y la Revolución Rusa, en pleno ascenso de fascismo alemán e italiano, que llevaron a la Segunda
Guerra Mundial. En España, tras la votada República en 1931 se alzó el ejército en 1936. En 1939 se impuso la
dictadura.
La Generación del 27 ha recibido diversos nombres: Generación de la dictadura, Generación de la
Revista de Occidente, nietos del 98, Generación del 25, y finalmente, la Generación del 27, por su reunión
para conmemorar el centenario de la muerte de Góngora (1927).
Hay diversas discusiones sobre si eran una generación o un grupo, pero sabemos seguro que estaban
unidos por su amistad y común interés por la literatura vanguardista y la Tradición Española. Se
conocieron en la Residencia de Estudiantes y el Centro de Estudios Históricos. Fueron publicados en
Revista de Occidente, La Gaceta Literaria, Verso y Prosa, Carmen, Lola, Cruz y Raya, y Caballo verde para la
poesía.
En sus influencias hay autores como Góngora (a quien consideraban el precursor de las Vanguardias),
Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Valery, Ramón Gómez de la Serna y Ortega y Gasset. Abarcaron
Vanguardias, Novecentismo, Modernismo y Generación del 98. Estuvieron influidos por el
neopopularismo (romances, villancicos del folclore, y poesía tradicional).
Esta generación tuvo tres etapas. La primera etapa se caracteriza por una poesía purista influida por
Juan Ramón Jiménez que buscaba “el arte por el arte”, terminó en 1927. La segunda etapa fue desde ese
año hasta el comienzo de la Guerra Civil (1936), marcada por el proceso de rehumanización del
Surrealismo, es opuesta a la poesía pura y destaca los sentimientos del hombre (amor, ansia de plenitud,
frustración). En esta etapa Alberti, Cernuda y Prados inician su militancia.
Su fin se debió al comienzo de la Guerra Civil, Lorca murió asesinado y el resto del grupo se tuvieron
que exiliar, excepto Aleixandre, Damaso y Gerardo Diego. Por lo que acabaron dispersos, los que
sobrevivieron siguieron escribiendo poesía de forma más nostálgica.
Los temas que abarcaron fueron el amor y rechazo a la ciudad, la naturaleza, el amor en todas sus
formas, el compromiso con su tiempo y su destino como hombres.
Algunos de los numerosos autores son: Pedro Salinas, profesor de literatura universal en Sevilla. Se
exilió a EEUU durante la Guerra Civil. Sus obras más conocidas son La voz a ti debida, Razón de amor y Largo
lamento.
Jorge Guillén, profesor universitario sevillano. Se exilió y tras la muerte Franco volvió. El libro Aire
Nuestro recoge sus obras: Cántico, Clamor y Homenaje.
Gerardo Diego, partidario del bando nacional, no se exilió. Publicó una antología de esta generación
en 1932 donde recogió a sus miembros. Destacan sus obras Imagen, Manual de Espumas, Romancero de la
novia y Versos humanos.
Federico García Lorca, fue asesinado durante la Guerra Civil. En sus obras crea un universo folclórico y
popular lleno de símbolos vanguardistas con significado propio. Destacan Romancero gitano, Sonetos del
amor oscuro, Poeta en Nueva York y Poemas del cante jondo.
Rafael Alberti, se exilió y como Guillén volvió cuando Franco murió. Su tierra está muy presente en
sus obras, unos ejemplos son: Marinero en tierra, El alba de alhelí, Sobre los ángeles, Cal y canto y Entre el clavel y
la espada.
Luis Cernuda, exiliado en Inglaterra, tiene gran influencia de Bécquer y San Juan de la Cruz. Destacan
sus obras: Los placeres prohibidos y Un río, un amor. Recogidas en La realidad y el deseo.
Vicente Aleixandre, premio nobel de la literatura. No se pudo exiliar porque estaba enfermo, era
republicano. En su obra destacan: Ámbito, Espadas como labios y Sombra del paraíso.
