1. Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por
Cánovas. [27 líneas]
La Restauración Borbónica hace referencia a la vuelta al trono de España de la dinastía de
los Borbones, tras el sexenio revolucionario. Constituye un largo período de la España
contemporánea que se extiende desde 1874 hasta la proclamación de la II República en
1931.
Cánovas fue el principal artífice de la vuelta al trono de la dinastía borbónica de manera
pacífica. Sin embargo, el general Martínez Campos dio un pronunciamiento en Sagunto en
1874, proclamando rey a Alfonso XII. Así pues, Cánovas ideó un nuevo sistema político
inspirado en el británico y basado en el fraude electoral, estableciendo una monarquía
parlamentaria cuyos pilares eran la Corona, las Cortes y los partidos dinásticos
(bipartidismo) y la Constitución, con la finalidad de crear cierta estabilidad tras un sexenio
que había producido todo lo contrario.
La Corona era una institución permanente e incuestionable, encargada de garantizar la
alternancia en el poder entre los partidos políticos, ya que designaba a los ministros, asumía
el mando del ejército y compartía el poder legislativo con las Cortes.
El bipartidismo por su parte era la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, el
conservador liderado por Cánovas y el liberal por Sagasta. Estos turnos en el poder eran
arbitrados por el rey, quien creaba la lista de diputados que debían salir reservando unos
escaños para la oposición. Esta se entregaba a los gobernadores civiles para imponerla en
las provincias a través del cacique, un hombre de influencia que garantizaba la obtención de
la mayoría por la compra de votos o coacción, práctica conocida como caciquismo. Si aún
así no se obtenía, se recurría a la duplicación de votos o al “pucherazo”, que incluía los
votos de personas difuntas.
La Constitución, elaborada en 1876 era un texto amplio y flexible, capaz de dar cabida a
cuantos accediesen al gobierno. Establecía la soberanía compartida entre las Cortes y la
Corona, con Cortes bicamerales. Se reconocían los derechos y libertades individuales y el
catolicismo como religión oficial, pero admitiendo la tolerancia religiosa. Respecto al tipo de
sufragio, remitía a una ley electoral posterior.
2. Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el
regionalismo gallego. [28 líneas]
a) ¿A qué movimientos hacen referencia los anteriores textos y en qué contexto
surgen? [11 líneas]
A los nacionalismos que se desarrollan durante la Restauración Borbónica. El primer texto
corresponde al nacionalismo catalán, con Prat de la Riba como máximo representante ; y el
segundo texto al nacionalismo vasco, cuyo fundador fue Sabino Arana.
A finales del S. XIX, nacen en Cataluña y el País Vasco movimientos que cuestionan el
centralismo en España, afirmando que dichas comunidades son naciones y que, por
consecuencia, tienen derecho al autogobierno. Esta afirmación la basan en la existencia de
unas realidades diferenciales: lengua, fueros, cultura y costumbres propias.
El origen de estos movimientos se debió a distintos factores que derivan de los
regionalismos y del Romanticismo, defendiendo sus particularismos frente a las tendencias
centralistas del Estado. En ambos casos se dan en regiones con desarrollo industrial donde
aumenta la burguesía industrial defensora del nacionalismo, que veía peligrar su economía.
Cánovas. [27 líneas]
La Restauración Borbónica hace referencia a la vuelta al trono de España de la dinastía de
los Borbones, tras el sexenio revolucionario. Constituye un largo período de la España
contemporánea que se extiende desde 1874 hasta la proclamación de la II República en
1931.
Cánovas fue el principal artífice de la vuelta al trono de la dinastía borbónica de manera
pacífica. Sin embargo, el general Martínez Campos dio un pronunciamiento en Sagunto en
1874, proclamando rey a Alfonso XII. Así pues, Cánovas ideó un nuevo sistema político
inspirado en el británico y basado en el fraude electoral, estableciendo una monarquía
parlamentaria cuyos pilares eran la Corona, las Cortes y los partidos dinásticos
(bipartidismo) y la Constitución, con la finalidad de crear cierta estabilidad tras un sexenio
que había producido todo lo contrario.
La Corona era una institución permanente e incuestionable, encargada de garantizar la
alternancia en el poder entre los partidos políticos, ya que designaba a los ministros, asumía
el mando del ejército y compartía el poder legislativo con las Cortes.
El bipartidismo por su parte era la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, el
conservador liderado por Cánovas y el liberal por Sagasta. Estos turnos en el poder eran
arbitrados por el rey, quien creaba la lista de diputados que debían salir reservando unos
escaños para la oposición. Esta se entregaba a los gobernadores civiles para imponerla en
las provincias a través del cacique, un hombre de influencia que garantizaba la obtención de
la mayoría por la compra de votos o coacción, práctica conocida como caciquismo. Si aún
así no se obtenía, se recurría a la duplicación de votos o al “pucherazo”, que incluía los
votos de personas difuntas.
La Constitución, elaborada en 1876 era un texto amplio y flexible, capaz de dar cabida a
cuantos accediesen al gobierno. Establecía la soberanía compartida entre las Cortes y la
Corona, con Cortes bicamerales. Se reconocían los derechos y libertades individuales y el
catolicismo como religión oficial, pero admitiendo la tolerancia religiosa. Respecto al tipo de
sufragio, remitía a una ley electoral posterior.
2. Resume el origen y evolución del catalanismo, el nacionalismo vasco y el
regionalismo gallego. [28 líneas]
a) ¿A qué movimientos hacen referencia los anteriores textos y en qué contexto
surgen? [11 líneas]
A los nacionalismos que se desarrollan durante la Restauración Borbónica. El primer texto
corresponde al nacionalismo catalán, con Prat de la Riba como máximo representante ; y el
segundo texto al nacionalismo vasco, cuyo fundador fue Sabino Arana.
A finales del S. XIX, nacen en Cataluña y el País Vasco movimientos que cuestionan el
centralismo en España, afirmando que dichas comunidades son naciones y que, por
consecuencia, tienen derecho al autogobierno. Esta afirmación la basan en la existencia de
unas realidades diferenciales: lengua, fueros, cultura y costumbres propias.
El origen de estos movimientos se debió a distintos factores que derivan de los
regionalismos y del Romanticismo, defendiendo sus particularismos frente a las tendencias
centralistas del Estado. En ambos casos se dan en regiones con desarrollo industrial donde
aumenta la burguesía industrial defensora del nacionalismo, que veía peligrar su economía.
