MODERNA
- DESCARTES- ENTERO
➢ EPISTEMOLOGIA
René Descartes, cuestiona todo aquello que no sea absolutamente seguro, incluyendo
la realidad misma, los sentidos, el cuerpo y hasta la existencia del mundo externo. Su
propósito era llegar a una certeza indudable sobre la cual edificar todo el
conocimiento. La famosa frase "Cogito, ergo sum" ("Pienso, luego existo") emerge de
esta reflexión. Al dudar de todo, Descartes llega a la conclusión de que, si está
dudando, debe existir un sujeto que duda, es decir, él mismo. Este es el primer
principio de su filosofía y la base sobre la cual se construye todo el conocimiento
posterior. A través de su método, Descartes también propone una epistemología que
se basa en cuatro reglas fundamentales para alcanzar el conocimiento verdadero:
1) aceptar como verdadero sólo lo que sea claro y distinto, 2) dividir los problemas
en partes más simples, 3) avanzar del conocimiento más sencillo al más complejo y
4) revisar todo cuidadosamente para no omitir nada. Estas reglas buscan evitar los
errores derivados de los sentidos o de la imaginación, que pueden ser engañosos.
En este sentido, Descartes distingue dos operaciones principales del entendimiento:
la intuición, que nos permite captar ideas claras y distintas de manera inmediata, y
la deducción, que es el proceso por el cual derivamos ideas más complejas a partir
de las más simples.
Descartes también clasifica las ideas en tres tipos: adventicias, que provienen de
los sentidos; facticias, que son creadas por la imaginación; e innatas, que están
presentes en la mente humana desde el nacimiento. De entre estas últimas, la idea de
Dios es especialmente importante. Descartes argumenta que la idea de un ser
perfecto no puede haber surgido de una mente imperfecta como la humana, por lo
que debe haber sido puesta en él por un ser supremo, es decir, por Dios. Esta
existencia de Dios, según Descartes, garantiza la fiabilidad de nuestra razón y, por
tanto, del conocimiento, ya que un ser perfecto no podría engañarnos.
1
, ➢ METAFÍSICA
En su intento por explicar la realidad, Descartes utiliza los conceptos de
sustancia, atributo y modo. Define la sustancia como todo lo que existe de
manera independiente, es decir, lo que no necesita de otra cosa para existir.
Según Descartes, existen tres sustancias: dos de ellas finitas y una infinita.
La sustancia finita: Res cogitans
Hace referencia a la realidad mental, es decir, al pensamiento. Aunque existe
por sí misma, necesita de la sustancia infinita, Dios, para existir. Su atributo
principal es lo inmaterial, vinculado al pensamiento y a la conciencia, y sus
modos son múltiples, como dudar, imaginar, reflexionar y preguntarse.
La sustancia finita: Res extensa
Corresponde al mundo material, es decir, al cuerpo físico. Esta también
depende de Dios para existir. Su atributo principal es la extensión y sus modos
son la figura, la posición y el movimiento de un cuerpo. Descartes transforma
la visión del mundo físico al presentarlo como una realidad medible y
cuantificable de manera objetiva, rechazando la visión de Aristóteles que
concebía la naturaleza como un mundo de esencias. Esto da lugar a una
realidad matematizable, donde la naturaleza y los seres vivos se entienden
como máquinas regidas por leyes mecánicas eternas, predecibles y
cuantificables, eliminando cualquier emoción o pensamiento.
Metafóricamente, compara el mundo físico con un gigantesco reloj.
La sustancia infinita: Dios
La sustancia por excelencia, ya que no necesita de ninguna otra para existir.
Sus atributos son infinitos y abarcan tanto lo material como lo inmaterial, es
decir, el cuerpo y el alma. Asimismo, los modos de expresión de Dios son
también infinitos.
En conclusión, Descartes clasifica la realidad en tres sustancias (res cogitans,
res extensa y Dios), con sus respectivos atributos y modos, sentando así las
bases para una visión mecanicista y matematizada del mundo físico,
características fundamentales para el desarrollo de la ciencia moderna.
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- DESCARTES- ENTERO
➢ EPISTEMOLOGIA
René Descartes, cuestiona todo aquello que no sea absolutamente seguro, incluyendo
la realidad misma, los sentidos, el cuerpo y hasta la existencia del mundo externo. Su
propósito era llegar a una certeza indudable sobre la cual edificar todo el
conocimiento. La famosa frase "Cogito, ergo sum" ("Pienso, luego existo") emerge de
esta reflexión. Al dudar de todo, Descartes llega a la conclusión de que, si está
dudando, debe existir un sujeto que duda, es decir, él mismo. Este es el primer
principio de su filosofía y la base sobre la cual se construye todo el conocimiento
posterior. A través de su método, Descartes también propone una epistemología que
se basa en cuatro reglas fundamentales para alcanzar el conocimiento verdadero:
1) aceptar como verdadero sólo lo que sea claro y distinto, 2) dividir los problemas
en partes más simples, 3) avanzar del conocimiento más sencillo al más complejo y
4) revisar todo cuidadosamente para no omitir nada. Estas reglas buscan evitar los
errores derivados de los sentidos o de la imaginación, que pueden ser engañosos.
En este sentido, Descartes distingue dos operaciones principales del entendimiento:
la intuición, que nos permite captar ideas claras y distintas de manera inmediata, y
la deducción, que es el proceso por el cual derivamos ideas más complejas a partir
de las más simples.
Descartes también clasifica las ideas en tres tipos: adventicias, que provienen de
los sentidos; facticias, que son creadas por la imaginación; e innatas, que están
presentes en la mente humana desde el nacimiento. De entre estas últimas, la idea de
Dios es especialmente importante. Descartes argumenta que la idea de un ser
perfecto no puede haber surgido de una mente imperfecta como la humana, por lo
que debe haber sido puesta en él por un ser supremo, es decir, por Dios. Esta
existencia de Dios, según Descartes, garantiza la fiabilidad de nuestra razón y, por
tanto, del conocimiento, ya que un ser perfecto no podría engañarnos.
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, ➢ METAFÍSICA
En su intento por explicar la realidad, Descartes utiliza los conceptos de
sustancia, atributo y modo. Define la sustancia como todo lo que existe de
manera independiente, es decir, lo que no necesita de otra cosa para existir.
Según Descartes, existen tres sustancias: dos de ellas finitas y una infinita.
La sustancia finita: Res cogitans
Hace referencia a la realidad mental, es decir, al pensamiento. Aunque existe
por sí misma, necesita de la sustancia infinita, Dios, para existir. Su atributo
principal es lo inmaterial, vinculado al pensamiento y a la conciencia, y sus
modos son múltiples, como dudar, imaginar, reflexionar y preguntarse.
La sustancia finita: Res extensa
Corresponde al mundo material, es decir, al cuerpo físico. Esta también
depende de Dios para existir. Su atributo principal es la extensión y sus modos
son la figura, la posición y el movimiento de un cuerpo. Descartes transforma
la visión del mundo físico al presentarlo como una realidad medible y
cuantificable de manera objetiva, rechazando la visión de Aristóteles que
concebía la naturaleza como un mundo de esencias. Esto da lugar a una
realidad matematizable, donde la naturaleza y los seres vivos se entienden
como máquinas regidas por leyes mecánicas eternas, predecibles y
cuantificables, eliminando cualquier emoción o pensamiento.
Metafóricamente, compara el mundo físico con un gigantesco reloj.
La sustancia infinita: Dios
La sustancia por excelencia, ya que no necesita de ninguna otra para existir.
Sus atributos son infinitos y abarcan tanto lo material como lo inmaterial, es
decir, el cuerpo y el alma. Asimismo, los modos de expresión de Dios son
también infinitos.
En conclusión, Descartes clasifica la realidad en tres sustancias (res cogitans,
res extensa y Dios), con sus respectivos atributos y modos, sentando así las
bases para una visión mecanicista y matematizada del mundo físico,
características fundamentales para el desarrollo de la ciencia moderna.
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